Cáritas Venezuela explicó los problemas más urgentes que afronta los venezolanos hoy y afirmó que los voluntarios son clave en la atención de las necesidades humanitarias más urgentes.
En declaraciones a ACI Prensa, la directora ejecutiva de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez, señaló que su país afronta muchos problemas sociales, políticos y económicos.
A los que Cáritas atiende, indicó, son: la baja seguridad alimentaria, el acceso limitado a la salud y a la información, el deterioro de los servicios básicos y del trabajo, la violencia social, y la polarización política.
Márquez indicó “que vienen trabajando más de siete años” en el problema de la baja seguridad alimentaria, pues los venezolanos, en especial los más pobres, tienen “una grave dificultad para el acceso a alimentos”, que causa desnutrición, sobre todo “en los niños de 0 a cinco años”.
En relación a la salud, señaló que “hay un deterioro total” de los hospitales y demás espacios de salud, por lo que tienen un “acceso limitado a medicamentos e insumos”, un problema que se ha agravado con la pandemia.
“Por dos años, las políticas de Estado solamente han respondido al tema de COVID-19 y han dejado de lado todas las demás otras enfermedades”, como las enfermedades crónicas y otros males que requieren que los pacientes reciban ‘acompañamiento’, como los relacionados al “tema psicológico y del dolor”, expuso.
Márquez destacó que “hay un deterioro total en los servicios básicos”, como “problemas para obtener gasolina, ciudades con problemas de electricidad, muchas poblaciones donde no hay gas, lugares donde las personas no tienen agua constante sino dos o tres veces al mes”, y todo eso “genera problemas humanitarios muy fuertes”.
Además, señaló que existe un “deterioro del trabajo” ante “la deficiencia del pago de los salarios mínimos” que permitan cubrir las necesidades básicas de las familias.
“Aquí un salario mínimo ha pasado de dos dólares a 30 dólares como un aumento importante, mientras que la canasta básica ha pasado de 300 dólares a 400 dólares. Entonces no hay compatibilidad entre lo que gana la gente y lo que necesita la gente para vivir”, explicó.
Por eso, “hay un deterioro del trabajo, la gente ya no quiere trabajar” y esto genera “un vacío en muchos espacios importantes como la educación y la salud”, pues la gente prefiere recurrir a la “economía informal” que le va hacer “ganar mucho más que un salario mínimo”, que es lo que ganaría como médico o maestro.
Otras problemáticas que hacen “mella a la vida de la población” son la “violencia localizada tanto en la parte urbana como fronteriza”; la polarización social, que afecta “el tema político y de la convivencia”; y el acceso escaso o limitado a información sobre las necesidades reales de la población, que les impiden realizar una “intervención acertada” a nivel local, “desde las ONG y programas y políticas públicas de los gobiernos”.
El servicio de Cáritas ante la crisis
Frente a esta situación, Márquez señaló que Cáritas Venezuela realiza “esfuerzos por obtener información local que nos permita a la Iglesia, con los pocos recursos que le llega, tomar las mejores decisiones y saber qué podemos hacer” para tener incidencia.
Por ejemplo, indicó que desde hace seis años han “desarrollado un sistema de monitoreo sobre la nutrición y la salud” de los niños menores de cinco años y mujeres embarazadas. El sistema se ha implementado en “más de 18 estados y más de 120 centros centinelas”, y la información es publicada cada tres meses en sus “boletines epidemiológicos”, agregó.
El objetivo es “realizar una foto de la situación alimentaria” local, e identificar los casos de desnutrición aguda, agregó. Este informe ayuda a obtener el financiamiento de la cooperación internacional para desarrollar su programa de “acompañamiento a la nutrición y vivero”, que implica entregar alimentos y acompañar a los niños en el restablecimiento de su salud, explicó.
En el Programa de Seguridad Alimentaria, entregan mensualmente “bolsas de alimentos” que “respondan a las necesidades calóricas y de vitaminas” de las familias, y cuentan con “comedores populares para niños y ancianos en diferentes comunidades” que atienden “de lunes a viernes y ofrecen una comida caliente nutritiva”.
Además, dijo que tienen un “programa de transferencia monetaria a familias elegidas con niños con desnutrición o mujeres embarazadas con déficit de peso”, y precisó que a la fecha han realizado “10 mil acompañamientos de transferencia monetaria”, que consiste en brindar a cada familia “90 dólares mensuales por cinco meses consecutivos”.
“Esta actividad les permite mejorar su situación para pensar qué alternativas pueden buscar para empezar a obtener ingresos que le permitan sobrevivir y alimentar a su familia”, explicó.
En el tema de salud, puntualizó que cuentan con “dispensarios, consultas médicas y bancos de medicamentos en más de 18 estados” del país. Explicó que médicos asalariados y “muchos voluntarios” ofrecen atención en salud “a las poblaciones más necesitadas”, así como acompañamiento a los enfermos crónicos.
En relación a los bancos de medicamentos o “farmacias populares”, dijo que ofrecen sobre todo medicinas para “enfermedades crónicas”, pues muchos venezolanos de más de 40 años padecen de estas enfermedades, “que si no se controlan pueden deteriorar tu calidad de vida”.
Además, informó que “tienen medicamentos para niños”, para atender afecciones de salud comunes como la fiebre, diarrea, náuseas; así como “vitaminas para mujeres embarazadas” como el “ácido fólico y el hierro, que permiten que las mujeres no lleguen con desnutrición al parto y no tengan niños desnutridos”.
En relación al deterioro de los servicios públicos, detalló que están “entregando filtros artesanales que purifican el agua, kit de higienes básicos, plantas eléctricas a las Cáritas diocesanas para que no paren su servicio y consultas, y pastillas potabilizadoras de agua”.
Destacó que están entregando bicicletas en todos los estados, que les permiten enfrentar “la escasez de combustible” y movilizarse “para entregar los insumos necesarios para los niños, comida para los adultos, y sobre todo acompañar a la población”.
Ante la violencia, expresó que capacitan en negociación y solución de conflictos y educan a los jóvenes para evitar que caigan en estos grupos delictivos; y ofrecen “ayuda psicológica a las familias”. Además, indicó que capacitan a las Cáritas diocesanas para que tengan “incidencia” en los gobiernos “para lograr cambios de políticas públicas” y más donaciones.
En el tema de movilidad humana, añadió que han implementado “casas de paso” en todos los estados, que ofrecen por uno o dos días a los que salen o entran del país, un lugar donde bañarse, comer y conseguir información segura.
Sugirió que tienen una campaña que, si bien reconoce que la migración es un derecho, alienta a los venezolanos a no salir del país “si no tienen los requerimientos” para emigrar. Explicó que los venezolanos sufren “problemas muy duros como la esclavitud, trata, violaciones, e incluso la muerte” en países que también están pobres y no tienen posibilidad de atenderlos.
Los voluntarios están con los que sufren
Márquez indicó que uno de sus programas más importantes es el de acompañamiento, que “es escuchar a nuestra gente” y acompañarla para buscar “soluciones entre todos ante esta crisis”; y afirmó que los voluntarios son esenciales en esta tarea de la Iglesia en Venezuela y Cáritas.
Debido a la importancia de los voluntarios, señaló que cuentan con la campaña Promotores de la Esperanza, a través de la que están desarrollando “protocolos de acompañamiento” y organización del programa de voluntariado; y además, señaló que este año eligieron el tema del voluntariado en su tradicional campaña “Compartir”, que inició el 2 de marzo.
Se busca reconocer y llamar a seguir el ejemplo de quienes “aún en medio de sus propias situaciones complejas, tienen la disposición de ofrecer un espacio de sí mismos en favor del prójimo en necesidad” y fortalecer sus capacidades, indica Cáritas.
“El voluntariado hizo que a pesar de que la Iglesia tuviera que cerrar sus templos, nuestra gente abrió sus corazones, su casa, y salió a la calle a seguir haciendo los programas para poder mantener una ayuda a toda esta gente que siguió sufriendo durante la pandemia”, dijo Márquez.
Aclaró que los voluntarios son “médicos, maestros, psicólogos, abogados y también una gran cantidad de voluntarios, que son pobres ayudando a otros pobres”. Ellos “están en las zonas donde la gente está sufriendo”, son los primeros que pueden “dar respuesta ante cualquier problemática” y contribuyen a restituir la “dignidad” de los más vulnerables, agregó.
Con la campaña también buscan agradecer a Dios por el regalo de los voluntarios, cuyo número ha aumentado en medio de la realidad tan negativa y dolorosa de la pandemia, concluyó. “A veces no tenemos dinero, pero podemos acompañar en el dolor y en la alegría a la gente”.
Por: Agencias / Foto: Cortesía