Si bien los casos de COVID-19 se redujeron esta semana en un tercio en las Américas, los trabajadores de la salud siguen enfrentando situaciones difíciles debido a que los sistemas no están preparados para apoyarlos, afirmó hoy la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, durante una sesión informativa para los medios.
«Cuando los casos aumentan exponencialmente, como ha ocurrido en las últimas semanas, la carga recae sobre todo en las personas que impulsan nuestros sistemas de salud», dijo la doctora Etienne. «Para ellos, esta ola de ómicron no tiene nada de suave», remarcó.
Con las nuevas infecciones alcanzando los 4,8 millones (un descenso del 31 % con respecto a la semana pasada), pero con 33.000 nuevas muertes, la directora de la OPS sostuvo que la región sigue siendo presa de la última ola de COVID-19 e instó a los países a aprovechar las lecciones aprendidas hasta ahora, dado que los centros de salud y los hospitales vuelven llenarse.
«Años de falta de inversión en nuestros servicios de salud, sistemas de información anticuados y las malas condiciones laborales hicieron que el trabajo de nuestros trabajadores de la salud fuera un desafío», indicó Etienne, destacando que estas desventajas se vieron exacerbadas por la COVID-19.
Un estudio de la OPS presentado esta semana muestra que, en el transcurso de la pandemia, los médicos, las enfermeras y otros trabajadores de primera línea vieron más pacientes, trabajaron más horas y sufrieron tasas mayores de infección por COVID-19.
En algunos países, como Ecuador y Bolivia, más del 10 % del personal sanitario se contagió de COVID-19, y muchos otros no tuvieron acceso a suficientes equipos de protección personal (EPP).
Esto ha dado lugar a «elevadas tasas de síntomas depresivos, pensamientos suicidas y angustia psicológica», lamentó.
Garantizar el acceso al EPP y dar prioridad a la vacunación de los trabajadores de salud es fundamental para abordar estos problemas y permitirles realizar su trabajo de forma segura.
«Ahora más que nunca, debemos asegurarnos de que los trabajadores de salud estén protegidos con las vacunas COVID-19 que salvan vidas y reciban prioridad para los refuerzos, cuando estén disponibles», subrayó.
La directora de la OPS citó políticas como bonificaciones y seguros de vida, así como la realización de pruebas periódicas y la transición del personal embarazado y de edad avanzada al trabajo de telemedicina, como estrategias que los países pueden aplicar para proteger a los trabajadores.
«Invertir en nuestro personal sanitario no debe ser algo que los países solo hagan durante una emergencia», dijo, y añadió que una inversión en los trabajadores de salud es «una inversión en todos».
Volviendo a la situación de la COVID-19 en la región, la directora de la OPS manifestó que una tendencia se destaca: «los países con mayor cobertura de vacunación están viendo menos ingresos y muertes en las unidades de cuidados intensivos».
También informó que, en América del Norte, las nuevas infecciones y las muertes disminuyeron en los tres países.
Los casos también están disminuyendo en América Central y del Sur, pero las muertes siguen aumentando en estas áreas. Las hospitalizaciones también se están incrementando en la mayoría de los países del Cono Sur.
En el Caribe, con la excepción de San Vicente y las Granadinas y Dominica, los casos han empezado a disminuir. Sin embargo, las muertes siguen aumentando, detalló Etienne.
Por Nota de Prensa