La célebre actriz Monica Vitti, genial musa del cine italiano y de su compatriota Michelangelo Antonioni, murió a los 90 años, tras décadas alejada de las pantallas por una enfermedad degenerativa.
«Adiós Monica Vitti, adiós a la reina del cine italiano. Hoy es un día verdaderamente triste, muere una gran artista y una gran italiana», anunció este miércoles el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini, al recordar su larga carrera como actriz tanto cómica como dramática.
La mirada tierna y melancólica, una voz ronca seductora y una mata de pelo indomable caracterizaron a Monica Vitti, quien encarnó a la perfección los atormentados personajes de «la incomunicabilidad»: «La aventura» (1960), «La noche» (1961), «El eclipse» ( 1962) y «Desierto Rojo» (1964), cuatro películas que colocaron a Antonioni entre los maestros del cine mundial.
«Tuve la oportunidad de comenzar mi carrera con un hombre de gran talento», pero también con «fuerza espiritual, lleno de vida y entusiasmo», reconoció la actriz en una entrevista con la televisión italiana en 1982.
Nacida en Roma el 3 de noviembre de 1931, Monica Vitti, se graduó en 1953 en la Academia Nacional de Arte Dramático e inició su carrera en el teatro, donde brilló por su talento cómico.
Gracias a sus papeles secundarios en el cine cómico fue descubierta por Michelangelo Antonioni, con quien rápidamente entabló una relación artística y sentimental.
Encarnó a la atormentada Claudia en «La aventura», a la tentadora Valentina en «La noche», a la misteriosa Vittoria en «El eclipse» y a la neurótica Giuliana en «Desierto Rojo».
Después de trabajar con Antonioni, se convirtió en una de las protagonistas de la comedia italiana, a la par de sus homólogos masculinos de la talla de Alberto Sordi, Ugo Tognazzi, Vittorio Gassman e incluso Nino Manfredi.
Brilló en particular en «La chica de la pistola» (1968), una exitosa película de Mario Monicelli donde interpretó a Assunta, una siciliana que persigue hasta Escocia al hombre que la «deshonró».
Ingenio, talento y belleza
Compañera de Antonioni de 1957 a 1967, se casó años más tarde con el director y director de fotografía Roberto Russo, reseña la nota de AFP.
En 2011, el mismo Russo anunció que Vitti padecía la enfermedad de Alzheimer desde hacía casi 15 años.
La actriz ganó numerosos premios a lo largo de su carrera, incluidos cinco David di Donatello, mayor galardón italiano, un León de Oro a la Trayectoria en Venecia y un Oso de Plata en Berlín.
El primer ministro Mario Draghi elogió «la gran ironía y el extraordinario talento» de Vitti, quien «conquistó a generaciones de italianos con su ingenio, talento y belleza».
«Hizo brillar el cine italiano en todo el mundo», recalcó en un comunicado.
El mito del cine italiano descubrió la pasión por la actuación con el teatro durante la Segunda Guerra Mundial, cuando aliviaba el aburrimiento de su familia con títeres.
«Bajo las bombas, cuando teníamos que refugiarnos en los albergues, mi hermanito y yo improvisamos piezas para distraer a los que nos rodeaban», contó años después.
Popular y a la vez enigmática, sensual e inteligente, fue sobre todo una antidiva, pese a que trabajó con prestigiosos cineastas como Luis Buñuel (El fantasma de la libertad, 1974) y André Cayatte (La razón de Estado, 1978).
En 1990, incursionó como directora y actuó en su propia película, «Escándalo secreto».
Monica Vitti fue dos veces miembro del jurado del Festival de Cine de Cannes: en 1968 como presidenta pero dimitió en medio del fragor de la revuelta estudiantil, y en 1974.
«Era sublime. Interpretaba a la vecina como a una diosa y a las diosas con la sencillez de una vecina», resumió en twitter el ex presidente del Festival de Cine de Cannes, Gilles Jacob.
Por: Agencia