Jerusalén llegó al Domingo de Gloria luego de recuperar la Semana Santa y la alegría, apagada el año pasado por el coronavirus y celebró con devoción la resurrección de Jesucristo.
«Cristo ha resucitado, ¡aleluya!», festejó en la homilía el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, desde el interior de la basílica del Santo Sepulcro, donde la tradición sitúa su sepultura, hoy epicentro de la Pascua.
A diferencia del 2020, cuando la pandemia obligó a cancelar casi todos los eventos y el silencio prevaleció en una Ciudad Vieja confinada, las procesiones y los ritos devolvieron esta semana la vida a las callejuelas de la ciudad amurallada.
Domingo de Resurrección en Jerusalén
Aunque todavía sin peregrinos por el cierre de fronteras exteriores, la extensa vacunación de Israel, que tiene anexionada la parte oriental de la ciudad que acoge los ritos, permitió cierta normalidad aunque no sin referencias a la pandemia.
En esta ocasión tampoco hubo cristianos palestinos de Gaza, que vive un nuevo repunte de contagios, sin embargo, unos 5.000 residentes de Cisjordania consiguieron el permiso israelí para atravesar los puestos de control que los separan de la Ciudad Santa.
Las familias católicas se reúnen hoy con dulces típicos en torno a la mesa de Pascua, un encuentro que el año pasado también quedó restringido por la prohibición de visitar otras casas.
Por Agencia