El papa Francisco celebra este viernes 24 de diciembre la tradicional Misa del Gallo, primera de las celebraciones litúrgicas previstas en la basílica de San Pedro del Vaticano, ante unos 1.500 fieles.
Francisco conmemoró el nacimiento de Cristo y llamó a atender a los más desfavorecidos, unidad en la Iglesia y dignidad en el ámbito laboral: “¡No más muertes en el trabajo!”, exclamó ante los fieles que regresaron a la basílica de San Pedro.
”Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo. Nos recuerda qué importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero también dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es señor y no esclavo del trabajo. En el día de la Vida repitamos: ¡No más muertes en el trabajo! Y esforcémonos por lograrlo”, pidió.
“Si él está ahí con nosotros, ¿Qué nos falta?”, se preguntó también el Papa durante su homilía. “Entonces, dejemos atrás los lamentos por la grandeza que no tenemos. Renunciemos a las quejas y a las caras largas, a la ambición que deja insatisfechos”, pidió.
“Allí está Dios, en la pequeñez… El creador del mundo, no tiene hogar. Hoy todo se invierte: Dios viene al mundo pequeño. Su grandeza se ofrece en la pequeñez”, continuó Francisco.
Pero Francisco no solo se dirigió en su homilía a los fieles del mundo, sino también a la propia jerarquía del Cristianismo, llamando a la “unidad” y a practicar la caridad.
Porque en el Portal de Belén, explicó, además de los pastores, también están los “eruditos, los ricos y los magos”.
“Queridos hermanos y hermanas, volvamos a Belén, volvamos a los orígenes: a lo esencial de la fe, al primer amor, a la adoración y a la caridad (…) Que Dios nos conceda ser una Iglesia adoradora, pobre y fraterna. Esto es lo esencial. Volvamos a Belén”, instó.
La basílica de San Pedro del Vaticano tiene una capacidad para 20.000 personas, pero redujo notablemente de el aforo hasta los 1.500 fieles, en uno de los ritos más importantes del calendario litúrgico, y que el año pasado lo celebró solo ante unas pocas personas a causa de la pandemia.
La obligación de presentar el certificado de vacunación contra el coronavirus, aplicado a los vacunados o a quienes hayan pasado recientemente la enfermedad, se circunscribió en esta ocasión únicamente a los trabajadores de los dicasterios, organismos y oficinas de la Curia Romana y de las instituciones vinculadas a la Santa Sede, y a los turistas que visiten, por ejemplo, los Museos del Vaticano.
De este modo, tal y como se dispone en el nuevo decreto de la Secretaría de Estado, firmado por el cardenal Pietro Parolin, no hubo ninguna obligación de este tipo para los fieles que acudieron a las misas que se celebran tanto en la basílica de San Pedro como en la parroquia de Santa Anna.
En la misa de esta tarde, además del Papa participó toda la Capilla Papal, lo que suma hasta 120 sacerdotes con celebrantes, según el nuevo sistema de acreditación que la oficina litúrgica ha estrenado el pasado 1 de diciembre para presbíteros y diáconos.
Mañana, como es habitual, Francisco pronunciará su mensaje navideño e impartirá la bendición Urbi et Orbi a las 12:00 en el tradicional balcón central de la Basílica de San Pedro.
La siguiente celebración que estará presidida por el Santo Padre será el viernes, 31 de diciembre, a las 17:00, con las Primeras Vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios y el Papa recitará el Te Deum en acción de gracias por el año transcurrido.
El 1 de enero, solemnidad de Santa María, Madre de Dios, el Papa presidirá la misa a las 10:00 con motivo de la LV Jornada Mundial de la Paz. A esa misma hora, el 6 de enero, se celebrará la misa de la Epifanía del Señor a la que nuevamente está convocada toda la Capilla Papal. No se ha precisado aún si habrá bautismos en la Capilla Sixtina el domingo siguiente como suele ser habitual.
Por Agencia