viernes, diciembre 20

Sudáfrica podría haber pasado su pico de casos de Ómicron

El descenso perceptible en contagios de COVID-19 de los últimos días en Sudáfrica podría apuntar a que la dramática ola de casos impulsada por la variante Ómicron ha pasado su pico en el país, según expertos médicos.

Los datos diarios de nuevos casos son poco fiables porque pueden verse afectados por un ritmo irregular en las pruebas, demoras en los reportes y otras variaciones. Pero apuntan a una alentadora posibilidad, nada concluyente aún, de que los contagios por Ómicron puedan remitir rápidamente tras un agresivo aumento.

Sudáfrica ha estado en primera línea de los contagios por Ómicron, y el mundo sigue de cerca cualquier indicio de cómo puede desarrollarse su expansión para comprender lo que espera a otras regiones.

Tras alcanzar el martes un techo de casi 27.000 nuevos casos en todo el país el jueves, las cifras cayeron a unos 15.424 contagios el martes. El descenso comenzó antes y se ha mantenido en la provincia de Gauteng, la más poblada del país, con 16 millones de personas, y donde se encuentran la ciudad más grande, Johannesburgo, y la capital, Pretoria.

“El descenso en nuevos casos de forma nacional, combinado con el descenso continuado en nuevos casos registrado aquí en la provincia de Gauteng, que durante cuatro semanas ha sido el centro de esta ola, indica que hemos pasado el pico”, dijo a The Associated Press Marta Nunes, investigadora senior en el departamento de Análisis de Enfermedades Infecciosas y Vacunas en la Universidad de Witwatersrand.

“Fue una ola corta, y las buenas noticias son que no fue muy grave en términos de hospitalizaciones y muertes”, dijo. “No es inesperado en epidemiología que un aumento muy drástico, como el que vimos en noviembre, se vea seguido por un descenso drástico”.

La provincia de Gauteng vio dispararse sus cifras a mediados de noviembre. Los científicos responsables de secuenciar el genoma del virus identificaron con rapidez la nueva variante Ómicron, que presentaba importantes mutaciones y fue anunciada al mundo el 25 de noviembre.

Ómicron, que es significativamente más contagiosa, no tardó en convertirse en la versión dominante del virus en Sudáfrica. Se estima que el 90% de los casos de COVID-19 en la provincia de Gauteng desde mediados de noviembre eran Ómicron, según las pruebas.

Y el resto del mundo parece seguir el mismo camino, ya que Ómicron ha superado a la variante delta como la dominante en algunos países. En Estados Unidos, Ómicron suponía el 73% de los nuevos contagios la semana pasada, según responsables de salud, y la variante era responsable de aproximadamente el 90% o más de los nuevos casos en la zona de Nueva York, el sureste, la región industrial en el centronorte del país y el noroeste de la costa pacífica.

Los casos confirmados en Gran Bretaña han subido un 60% en una semana, en la que Ómicron adelantó a delta como la variante más extendida. En total, se ha detectado la nueva mutación en al menos 89 países, según la Organización Mundial de la Salud.

Los expertos en Sudáfrica temían que el enorme volumen de contagios pudiera abrumar a los hospitales del país, a pesar de que Ómicron parezca causar una enfermedad menos grave, con menos hospitalizaciones, pacientes necesitados de oxígeno y muertes.

Pero entonces, los casos en Gauteng empezaron a caer. Tras alcanzar los 16.000 nuevos contagios el 12 de diciembre, las cifras en la provincia han bajado de forma constante, a apenas 3.300 casos el martes.

“Es significativo. Es muy significativo”, dijo el doctor Fareed Abdullah sobre la evolución de la enfermedad.

“El rápido aumento de los nuevos casos se ha visto seguido por un rápido descenso y parece que estamos viendo el principio del fin de esta ola”, dijo Abdullah, que trabaja en la unidad de COVID-19 en el Hospital Académico Steve Biko de Pretoria.

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En otro indicio de que la ola de Ómicron en Sudáfrica podría estar remitiendo, un estudio sobre trabajadores de salud que dieron positivo en COVID-19 en el hospital Chris Hani Baragwanath de Soweto mostró un rápido aumento y después un brusco declive en los casos.

“Hace dos semanas veíamos más de 20 casos nuevos al día, y ahora son unos cinco o seis casos por día”, dijo Nunes.

Sin embargo, señaló, aún es muy pronto y hay varios factores que deben vigilarse de cerca.

La tasa de positividad en Sudáfrica se mantiene en un 29%, respecto al apenas 2% de principios de noviembre, lo que indica que el virus sigue circulando entre la población a niveles relativamente altos, explicó.

Además, ha comenzado la temporada de fiestas en el país, en la que muchos negocios cierran durante un mes y la gente viaja para visitar a familiares, a menudo en zonas rurales. Esto podría acelerar la expansión de Ómicron en toda Sudáfrica y a países vecinos, según los expertos.

“En términos de la duplicación diaria masiva que veíamos hace apenas una semana con enormes cifras, eso parece haberse asentado”, dijo la profesora Veronica Uekermann, responsable del equipo contra el COVID-19 en el Hospital Académico Steve Biko.

“Pero es demasiado pronto para sugerir que hemos pasado el pico. Hay demasiados factores externos, como el movimiento durante la temporada festiva y el comportamiento general durante este periodo” dijo, señalando que los contagios subieron el año pasado tras las vacaciones.

Es verano en Sudáfrica, y muchas reuniones se hacen al aire libre, lo que podría marcar una deferencia entre los contagios de Ómicron allí y las olas en Europa y Norteamérica, donde la gente tiende a reunirse en interiores.

Otro factor desconocido es cuánto se ha expandido la variante Ómicron entre los sudafricanos sin provocar síntomas.

Algunos responsables de salud en Nueva York han sugerido que como Sudáfrica parece haber tenido una ola rápida y de gravedad moderada, la variante podría comportarse de forma similar allí y en otras partes del país. Pero Nunes advirtió en contra de tomar conclusiones precipitadas.

“Cada entorno, cada país es diferente. La población es diferente. La demografía de la población, la inmunidad es diferente en países diferentes”, dijo. Por ejemplo, señaló, la población sudafricana, con un edad media de 27 años, es más joven que la de muchos países occidentales.

Muchos de los pacientes hospitalizados ahora por COVID-19 no se han vacunado, recalcó Uekermann. En torno al 40% de los sudafricanos han recibido dos dosis de vacuna.

“Todos mis pacientes en la UCI están sin vacunar”, dijo Uekermann. “De modo que a las personas vacunadas les va mejor en esta ola, desde luego. Tenemos algunos pacientes que están muy enfermos con un COVID grave, y estos son pacientes sin vacunar”.

Por Agencia