Al menos 50 personas murieron cuando un camión cisterna explotó la madrugada del martes en la localidad haitiana de Cabo Haitiano, según un balance provisional de las autoridades, mientras el personal sanitario en hospitales abarrotados temen que el saldo de víctimas se elevará.
«Observé en el lugar entre 50 y 54 personas quemadas vivas. Es imposible identificarlas», declaró Patrick Almonor, vicealcalde de Cap-Haitien, segunda ciudad del país duramente castigada también por la inseguridad y la crisis económica, así como por catástrofes naturales.
HAITI:
Mueren al menos 40 personas, tras explosión de camion cisterna que transportaba combustible.
Ello ocurrió cuando pobladores trataban de saquear el camión, se informó preliminarmente. pic.twitter.com/22mwzEx4DY
— Víctor Bolaños (@vichoguate) December 14, 2021
Según Almonor, el conductor del camión cisterna presuntamente intentó evitar una colisión con un mototaxi, perdiendo el control de su vehículo, que volcó en la ruta.
Luego, los residentes corrieron hacia el camión, a pesar de las advertencias del conductor, para recuperar el combustible, un bien sumamente preciado, antes de morir gran parte en la explosión.
«Una veintena» de domicilios en los alrededores también se incendiaron tras la explosión, según Almonor, lo que deja prever un saldo mayor de víctimas. «No estamos todavía en capacidad de dar detalles sobre el número de víctimas en el interior de las viviendas», añadió.
Desbordados y sin medios
El hospital Justinien, hacia donde fueron trasladadas numerosas víctimas de la explosión, estaba desbordado frente al flujo de heridos, muchos de ellos en estado crítico.
«No tenemos los medios para atender a las numerosas personas gravemente quemadas» que llegaron, dijo a la AFP una enfermera del hospital. «Temo que no vamos a poder salvar a todos», sentenció.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, que informó anteriormente de un saldo parcial de «alrededor de 40 muertos» y «decenas de heridos», anunció en Twitter tres días de duelo nacional «en memoria de las víctimas de esta tragedia que enluta a toda la nación haitiana».
Ante la emergencia, el Primer Ministro también anunció el despliegue de hospitales de campaña «para brindar la atención necesaria a las víctimas de esta terrible explosión».
Crisis permanente
Haití, el país más pobre de América Latina, enfrenta una fuerte escasez de combustibles, debido a que pandillas acaparan una parte de la red de suministro.
En los últimos meses, las bandas armadas han aumentado considerablemente su control sobre Puerto Príncipe, controlando las carreteras que conducen a las tres terminales petroleras del país.
En las últimas semanas más de una docena de vehículos de transporte de combustible fueron secuestrados por bandas que exigieron fuertes rescates para la liberación de los conductores.
Esto despierta un fuerte descontento entre la población de Haití, que también fue escenario el lunes de manifestaciones contra el aumento de los precios de la gasolina.
Desde octubre, las redes de telecomunicaciones y los medios de comunicación han reducido drásticamente sus actividades en todo el país, por no poder encontrar combustible para los generadores térmicos que abastecen de electricidad a las antenas.
Pero además, esta crisis energética también está obstaculizando el funcionamiento de las pocas estructuras hospitalarias del país.
Haití ya había sufrido un golpe de extrema dureza el 12 de enero de 2010 por un terremoto que devastó Puerto Príncipe y varias localidades de Haití, matando a más de 200.000 personas y ahondando la crisis económica local.
Se suma la profunda crisis política reinante desde entonces y que tuvo su clímax en julio cuando un comando asesinó al presidente haitiano Jovenel Moses en un incidente aún bajo investigación y que tuvo participación de extranjeros.
Además la inseguridad está en niveles altísimos. El reciente surgimiento de los secuestros en Haití pone de relieve el creciente dominio de las bandas que controlan buena parte del país. Este año han cometido 782 secuestros a cambio de dinero -el último más relevante fue en octubre de 17 misioneros norteamericanos (16 estadounidenses y un canadiense)-.
Estos factores han generado una ola de migración masiva de haitianos hacia otros países latinoamericanos y hacia Estados Unidos.
Por Agencia