La megaestrella del rock industrial estadounidense Marilyn Manson cayó en desgracia por las numerosas acusaciones en su contra de abuso físico, psicológico y sexual de varias de sus exparejas, y ahora una investigación publicada por The Rolling Stones recoge nuevos y escalofriantes detalles de las prácticas abusivas del músico.
De acuerdo con la revista, Manson, uno de los personajes más polémicos y a la vez icónicos del rock, tenía una fijación por encerrar a las mujeres con las que estaba saliendo en una pequeña celda de vidrio en su apartamento de West Hollywood, donde las maltrataba psicológicamente, reseñó Infobae.
El informe está basado en el testimonio de más de 55 personas cercanas al músico, cuyo nombre real es Brian Hugh Warner, quienes afirmaron que este lugar era llamado por Manson como “la habitación de las chicas malas”.
El cuarto había sido construido por el inquilino anterior del apartamento con el propósito original de ser una cabina de grabación, pero Manson la rediseñó cuando se mudó y cambió su propósito a uno más oscuro.
Varias ex parejas del músico y otros asistentes que trabajaron con él le dijeron a Rolling Stones que el espacio era “una celda de confinamiento solitario utilizada para torturar psicológicamente”.
“Dicen que Warner (Manson) solía desterrar a sus novias allí, manteniéndolas dentro durante horas y horas para castigarlas por las más pequeñas transgresiones percibidas”, recoge la revista.
Una de esas asistentes fue Ashley Walters, quien demandó a Manson por agresión sexual y otros cargos. Ella afirma que el músico disfrutaba contarle a la gente sobre la celda y que “siempre lo hacía en un tono de broma y de fanfarronear”. Otro asistente, Ryan Brown, que trabajó con Warner durante ocho años, dice que nunca vio una mujer confinada ahí, pero que era bien sabido el nombre del cuarto y lo que supuestamente pasaba.
Incluso, recuerda la revista, el propio Manson habló del macabro lugar en entrevistas para medios, como una publicada en 2012 en la que dijo textualmente: “Si alguien es malo, puedo encerrarlo y está insonorizado”.
Estas declaraciones, hechas mucho antes de que surgieran las acusaciones contra el músico, eran tomadas como parte de la excéntrica y misteriosa personalidad de quien es también conocido como el “Anticristo” o el “Rey de las Tinieblas”.
Y es que Manson siempre fue un personaje construido cuidadosamente por Warner para atraer la polémica, el shock, e incluso el rechazo de los más conservadores y puritanos. Su música, fuerte, agresiva, altamente distorsionada y con temáticas que van desde el satanismo, la muerte, el sexo y el amor desesperado, iba siempre acompañada de una imagen sombría y bestial propia de un personaje de terror.
Nada que no hubiera hecho en el pasado íconos similares de la música como Ozzy Osbourne o Alice Cooper, pero que Manson supo como llevar a niveles mucho más altos, consiguiendo siempre shockear a un público cada vez menos impresionable.
Pero detrás de ese “Anticristo Superestrella” se escondía una persona más cercana al personaje de lo que el mundo del espectáculo podía pensar. O al menos así lo afirman las mujeres que compartieron tiempo con él, como Ashley Morgan Smithline, quien lo está demandando por agresión sexual y encarcelamiento ilegal, entre otros cargos.
Esa sostiene que fue de las víctimas encarceladas en la “habitación de las chicas malas”, un lugar donde Manson la obligó a permanecer en varias ocasiones durante el tiempo en que fueron pareja y que describe como similar a un camerino de tienda de ropa.
“Al principio, lo hizo sonar genial”, dice Smithline. “Después lo hizo sonar muy punitivo. Incluso gritaba, nadie me escucharía”.
Según la mujer, a Manson le gustaban las peleas físicas y aunque al principio ella respondía, después aprendió “a no luchar contra eso porque le estaba dando lo que quería’’.
“Simplemente iba a otra parte de mi cabeza”, dice Smithline, refiriéndose al tiempo que duraba encerrada.
El resto del apartamento de Warner estaba decorado con sangre, esvásticas y fotos recortadas de revistas porno. “Había vaginas por todas partes”, dice una persona que visitó el lugar. Otros recuerdan un mensaje pintado con aerosol sobre su cama que decía “SIDA”. Las alfombras, los muebles y la decoración eran negros, al igual que las cortinas que usaba para tapar la luz de todas las ventanas casi las 24 horas del día. La temperatura se mantenía gélida; si alguien ajustaba el termostato por encima de los 65 grados, Warner supuestamente hacía berrinches y destruía muebles.
Una ex novia se refirió al apartamento como un “refrigerador negro”. Otro lo ha llamado un “armario de carne”. Fue aquí, alegan varias de sus ex parejas, donde Manson infligió repetidos actos de abuso mental, físico y sexual que las han dejado con episodios paralizantes de ansiedad, depresión, ataques de pánico y trastorno de estrés postraumático.
Otra de sus víctimas fue Esmé Bianco, una actriz que participó en la afamada producción de HBO, Game of Thrones, donde interpretó el papel de Ros, una prostituta que trabajaba en un burdel y era abusada repetidamente. Esta experiencia, cruelmente cercana a sus vivencias con Manson, la hizo denunciar públicamente al músico y sumarse a las demandas contra él.
Ella alega que Manson abusó verbalmente de ella con frecuencia; la privó del sueño y la comida; la mordió, cortó, electrocutó y azotó sin su consentimiento; y la violó durante sus dos años juntos.
Además, dice que en un episodio espantoso, Warner blandió un hacha y la persiguió por el apartamento rompiendo agujeros en las paredes después de decir que ella lo estaba “apiñando”.
“Ese fue un último momento para mí”, cuenta Bianco a Rolling Stone, quien dice que se sintió “en peligro inminente para [su] vida”. Marcharme, agrega, “fue mi mejor intento de sobrevivir”.
Bianco demandó a Manson por agresión sexual y tráfico sexual, así como también lo hizo Ashley Morgan Smithline y Ashley Walters. Estos casos aún no los ha resuelto la justicia, pero en septiembre de 2021 un juez estadounidense desestimó una demanda de agresión sexual contra Manson que fue presentada por otra mujer, quien decidió permanecer en el anonimato.
Por Agencia