Mientras estaba a la deriva en el mar, Mariely Chacón Marroquín solo se esforzó por mantener con vida a sus pequeños hijos de seis y dos años. Según relato de Verónica Martínez (25), sobreviviente del naufragio de La Tortuga, Chacón amamantó a sus niños mientras flotaban en un bote inflable. La acción de la madre fue lo que mantuvo con vida a los pequeños, pero la mujer no soportó y las autoridades estiman que falleció el lunes.
“Una gran tragedia, los chamitos están vivos porque la mamá los mantuvo con vida hasta el momento que falleció”, señala uno de los rescatistas en un audio difundido por WhatsApp.
Presumen que la mujer no tuvo mayor resistencia porque al amamantar sin tomar líquido la deshidratación fue mucho más rápida, por eso cuando fueron rescatados ya la mujer de 41 años había fallecido.
Martínez, quien es la niñera de los pequeños, además contó que los adultos tomaron orine para sobrevivir. El bote inflable y la cava en la que flotaban estaban amarados entres si para no separarse.
Allí se mantuvieron hasta que fueron avistados, el martes, por un avión privado que participaba en la búsqueda activada desde el pasado domingo 5 de septiembre.
Sin GPS
Thor era propiedad de Remis David Camblor, esposo de la fallecida y padre de los pequeños, quien aún está desaparecido. La familia viajaría a La Tortuga en la embarcación, junto a unos esposos de los que eran amigos, la niñera y el mecánico.
El grupo salió de Carenero, ubicado a unos siete kilómetros al norte de la ciudad balneario de Higuerote, a las 9.30 de la mañana de viernes. Camblor se puso de acuerdo con otro bote que también se disponía a salir a esa hora a La Tortuga para navegar juntos, porque la embarcación de Camblor no tenía GPS “sólo brújula”, según afirma el rescatista que dio detalles de lo ocurrido y narrado por la sobreviviente.
Al llegar a Cabo Codera, Remis David Camblor decide devolverse a Carenero y avisa por radio al bote que los acompañaba en el viaje que iba a retornar. Arriban nuevamente a Carenero, pero 20 minutos después salen otra vez a La Tortuga, pero ahora sin tener la compañía de la otra lancha que sí tenía GPS.
En Cabo Codera fijan un “rumbo errado” a La Tortuga. “Iban más desviados hacia el norte, le pasan a la isla por un lado a unas 20 millas, no la ven porque como la lancha es muy bajita no la ven y siguen navegando para arriba y dejan La Tortuga más alejada”.
Desesperación
Sospechan que navegaron unas seis horas con rumbo desconocido, y que tal vez por el fuerte oleaje se les parte el casco de la lancha “de manera catastrófica sin tener chance de nada”.
“Solo se pudieron agarrar de las cosas que quedaron a flote. Estaban todos vivos. Es allí cuando sacan la cava y el botecito inflable. El mecánico se queda flotando en una bombona de gas. No tenían salvavidas completos para todas las personas, esto es una de las cosas más difíciles el haber salido sin salvavidas”, señala el audio del rescatista.
Deciden amarrarse entre ellos a las cosas que flotaban, pero ese mismo viernes el joven mecánico se perdió a la deriva.
Cuenta la niñera que el sábado la señora que acompañaba a la familia se desmaya de la deshidratación y queda inconsciente.
“Como no tenía salvavidas empieza a ahogarse porque se sale de donde estaba amarrada. El marido, que era el único que tenía salvavidas, se desamarra del grupo para agarrar a su esposa para evitar que se ahogar. En esta situación la pareja de amigos también queda a la deriva”.
El domingo, Remis David Camblor, entre la desesperación, deshidratación y las alucinaciones, se separa de su familia, porque dice ver un faro y decide nadar hasta la “supuesta luz”. Desde ese momento las dos mujeres y los dos niños quedan solos a espera de una ayuda que no estaban seguros llegarías.
Ese mismo domingo, cuando las personas de la lancha que sí tenía GPS llegan a Cabo Codera se percatan que Thor no estaba y que el vehículo de la familia seguía en el lugar, es allí cuando notifican la situación y empieza la búsqueda que hasta lo momentos tiene como saldo una mujer fallecida, tres rescatados y cuatro desaparecidos.
Por: María Gabriela Villalobos