jueves, diciembre 25

Venezuela cierra 2025 con las stablecoins como engranaje silencioso de su economía cotidiana

El año termina en Venezuela con una paradoja cada vez menos disimulada: mientras el acceso formal a divisas sigue siendo limitado y fragmentado, buena parte de la economía privada ha encontrado en las criptomonedas —en especial en las stablecoins— un mecanismo funcional para sostener pagos, remesas y operaciones transfronterizas. No se trata de una adopción impulsada por la especulación ni por la euforia tecnológica, sino por la necesidad.

«El uso está altamente extendido, sobre todo en USDT y, en menor medida, USDC«, resume Aníbal Garrido, director de la Academia Blockchain Cripto de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). El fenómeno, explica, se intensificó durante el segundo semestre de 2025, cuando la escasez de divisas se volvió más evidente y obligó al sector privado a buscar vías alternativas para cumplir compromisos con proveedores internacionales y preservar valor frente a la depreciación del bolívar, refiere la nota de Finanzas Digital.

En ese proceso, las criptomonedas dejaron de ser una herramienta marginal. Garrido sostiene que el protagonismo lo asumió el empresariado, que pasó de usar activos digitales como resguardo a integrarlos en su operatividad diaria. «No estamos frente a una adopción de moda. Es una adopción motivada por necesidades reales«, afirma. En su lectura, el ecosistema cripto en Venezuela puede describirse en tres términos: sostenido, práctico y funcional.

Un mercado sin cifras oficiales, pero con señales claras

La falta de estadísticas oficiales sigue siendo una constante. Sin embargo, Garrido señala que, desde una perspectiva económica, la asignación efectiva de divisas hoy se inclina hacia los criptoactivos. En su estimación, cerca de 70 % de las operaciones que requieren moneda dura se canalizan a través de mecanismos vinculados a criptomonedas, frente a un 30 % que aún depende de dólares en efectivo o transferencias tradicionales.

Las casas de intercambio locales jugaron un papel clave en este proceso, al ofrecer plataformas con algún grado de respaldo legal y cumplimiento normativo. Ese factor, sostiene Garrido, fue determinante para que el sector privado consolidara su uso, aun en un entorno regulatorio incompleto y cambiante.

Aun así, el académico advierte contra exagerar el alcance del fenómeno. «Hablar de adopción masiva sería un error«, dice. Las estimaciones actuales apuntan a que uno de cada diez venezolanos posee criptomonedas, una cifra relevante, pero lejos de una penetración generalizada. El desafío, insiste, sigue siendo la estabilidad jurídica y la confianza para atraer a nuevos actores.

El auge de las remesas cripto

Desde la Cámara Venezolana de Comercio Electrónico (Cavecom-e), Richard Ujueta observa el cierre de 2025 como un punto de inflexión. A su juicio, el segundo semestre del año marcó una aceleración «exponencial» en el uso de criptomonedas estables, particularmente como respuesta a las presiones económicas internas.

El dato más contundente está en las remesas. Según cifras manejadas por Cavecom-e, en julio de 2025 alrededor de 40 % de las remesas que ingresaban al país se realizaban en criptomonedas estables. Para noviembre, esa proporción habría escalado hasta 90 %, con el USDT como vehículo dominante.

El fenómeno no se limita a los flujos entrantes. También aumentaron las remesas salientes desde Venezuela hacia países como Colombia, Ecuador y Perú, lo que refleja —según Ujueta— una mayor movilidad económica y el uso de criptoactivos para envíos familiares inversos. «Las stablecoins se han consolidado como un nuevo estándar para la economía digital del país«, sostiene.

Por: Agencia