
El jueves, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ratificó que no existe un vínculo entre las vacunas y el autismo, esto ya que la administración del gobierno de Donald Trump, en Estados Unidos, había llamado a reabrir este debate.
Sin embargo, el organismo realizó nuevos análisis y descartó que las vacunas produzcan algún trastorno del espectro autista (TEA), tal como ya habían hecho en 2002, 2004 y 2012, Biobio Radio.
Tedros Adhanom, director general de OMS explicó que la decisión correspondió a un comité global de expertos que revisaron 31 estudios con datos de diferentes países, que fueron publicados entre enero 2010 y agosto de 2025.
Así, confirmaron que las vacunas son seguras durante la infancia y el embarazo y que no hay un vínculo causal con el autismo. Pero, ¿en qué consiste esta evidencia y cuáles fueron los criterios? Acá te explicamos.
¿Cómo evaluaron los estudios sobre vacunas y autismo?
Quiénes llegaron a esta conclusión fueron el Comité Asesor Mundial sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS) de la OMS, que fue creado en 1999 para responder “con prontitud, eficiencia y rigor científico” a problemas de seguridad relacionados con las vacunas.
Está compuesto por expertos de todo el mundo en las áreas de: epidemiología, estadística, pediatría, medicina interna, farmacología y toxicología, enfermedades infecciosas, salud pública, inmunología y autoinmunidad, regulación y seguridad de los medicamentos.
Este grupo evaluó dos nuevas revisiones sistemáticas de literatura científica, bajo una metodología sólida sobre la posible relación de las vacunas con el TEA, según informó la OMS.

