El proceso de rendición de cuentas en Siria por eventuales crímenes de guerra o contra la humanidad debería idealmente ser liderado por los propios sirios, pero también hay vías para que pueda ser juzgado por la Corte Penal Internacional (CPI), indicó este martes un investigador de la ONU.
“La CPI no tiene jurisdicción sobre Siria porque ésta no es miembro de la corte, pero hay vías para que pueda llevarse a ese tribunal”, indicó en rueda de prensa el jefe del Mecanismo Internacional, Imparcial e Independiente para la Investigación de Crímenes en Siria, Robert Petit, reseñó EFE.
Petit, que participa en ese mecanismo creado en 2016 por la Asamblea General de la ONU para juzgar los crímenes de todos los bandos en la guerra iniciada en Siria en 2011, recordó que en 2014 ya se intentó que la CPI pudiera hacerse cargo, aunque Rusia y China vetaron esta iniciativa en el Consejo de Seguridad de la ONU.
“El proceso ha de ser liderado por Siria, si queremos contribuir a que haya una transición hacia una sociedad basada en el Estado de derecho”, aseguró Petit a la prensa acreditada ante Naciones Unidas en Ginebra.
Numerosas pruebas, pero hacen falta más
El jefe investigador indicó que en ocho años de trabajo han recopilado 283 terabites de datos sobre crímenes cometidos durante la guerra civil, aunque insistió en la importancia de conservar las nuevas informaciones que afloraron con la caída del régimen de Bachar al Asad hace dos semanas.
“Es comprensible que algo de información se pierda debido a cómo se han ido desarrollando los acontecimientos”, admitió Petit, quien rememoró imágenes recientes de documentos lanzados por las ventanas en prisiones sirias, personas que huían con ordenadores o destruían discos duros.
“Obviamente ha habido pérdidas, pero es pronto para saber cuán significativas son”, destacó, subrayando que una de las fuentes de información más importantes que se deben investigar son las fosas comunes que se cree hay en diversas partes del país.
“Hablamos posiblemente de cientos de miles de cadáveres y se requieren muchos recursos para extraer muestras de ADN con el fin de identificar a los fallecidos y estudiar la causa de su muerte”, indicó.
Un informe oportuno
Con investigaciones previas, el mecanismo que lidera Petit publicó un informe sobre abusos en las prisiones del Gobierno de Bachar al Asad que se publicó apenas 48 horas antes de que ese régimen cayera y algunas de esas cárceles fueran liberadas, algo que el investigador de Naciones Unidas consideró una casualidad.
“Sólo fue una coincidencia, el informe costó uno o dos años de trabajo, es extremadamente importante y esperemos que sea útil”, resumió.
Petit agregó que han contactado con las nuevas autoridades sirias a través de oficinas diplomáticas en lugares como Nueva York.
“Hemos mostrado su deseo de involucrarnos, de viajar a Siria para cumplir nuestra obligación, y estamos a la espera de una respuesta con el fin de desplegarnos si esa respuesta es positiva”, explicó.
“Pese a 14 años de parálisis, los sirios nunca abandonaron su esperanza en que haya una rendición de cuentas por los crímenes cometidos, y ese sueño está más cerca que nunca”, resumió el investigador de la ONU.
Por Agencia