lunes, diciembre 2

The New York Times: La arepa, una acalorada rivalidad entre Venezuela y Colombia

Colombia y Venezuela mantienen una acalorada rivalidad desde hace mucho tiempo, no por política, migración o incluso fútbol, sino por la humilde arepa. Esta delicia redonda de harina de maíz, alimento básico de ambos países sudamericanos, aparece en todas partes, desde los platos del desayuno hasta las meriendas nocturnas y está profundamente entretejida en el tejido de cada nación. Arraigada en la jerga cotidiana y la cultura popular, la arepa es mucho más que una comida.

Pero pregúntale a un colombiano o a un venezolano quién la hace mejor o dónde se originó y te verás atrapado en un enfrentamiento culinario que trasciende fronteras, reseñó The New York Times.

“Cada cual defiende su territorio”, afirmó Gustavo Zapata, de 39 años, chef de la cadena de restaurantes Sancho Paisa, conocido por sus tradicionales arepas colombianas en Medellín, la segunda ciudad más grande del país.

La arepa, una acalorada rivalidad

El debate en torno a la arepa recuerda a otras batallas culinarias en el mundo. Peruanos y ecuatorianos se disputan el ceviche. Israelíes y libaneses han peleado por el hummus. Varios países norafricanos reclaman el cuscús como propio. Australianos y neozelandeses se han enfrentado a causa de la pavlova, un postre a base de merengue cubierto de fruta.

Pero las disputas culinarias también tienen un trasfondo serio. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por ejemplo, ha intentado utilizar las arepas como punto de encuentro nacionalista, cuando no como herramienta política, alegando que la comida es exclusiva de su país. Y como millones de venezolanos han emigrado a lo largo de los años debido a la crisis económica y política del país, han llevado consigo su versión por todo el mundo, avivando aún más la gran batalla de la arepa.

Arepa

Clientes de Los Chamos, un restaurante venezolano de Medellín. El mural muestra Colombia a la izquierda, con las palabras “mi hogar”, y Venezuela a la derecha, con las palabras “mi país”. Foto Federico Rios para The New York Times
Arepa

“Yo pensaba que solo nosotros comíamos arepas”, dijo Jesús Sánchez, de 34 años, dueño de una cadena de restaurantes venezolanos en Medellín llamada Los chamos. Se dio cuenta de lo contrario cuando, hace 10 años, empezó a visitar Colombia. “Son muy diferentes”.

Las arepas se consumen hace miles de años, según calcula Ocarina Castillo, de 72 años, profesora de antropología que estudia la alimentación en la Universidad Central de Venezuela.

Cuando los conquistadores españoles exploraron el norte de América del Sur en los siglos XV y XVI, se encontraron con indígenas que comían estas tortas de maíz. Los españoles las adaptaron, dijo Castillo, y acabaron transformando la palabra erepa de la lengua de los cumanagoto, quienes vivían en lo que hoy es el norte y el este de Venezuela, en “arepa”. Otros grupos indígenas comían algo parecido, pero le daban otro nombre.

Hace siglos, dijo Castillo, no existían las fronteras que hoy conocemos. La gente se movía con fluidez.

“Nosotros perdemos esa perspectiva”, dijo, “y por eso nos empeñamos a ponerle patria a la arepa”.

Aliados y rivales

Colombia y Venezuela, que comparten historia y cultura y una frontera de 2200 kilómetros, han sido, en distintas ocasiones, aliados y rivales. (En la década de 1800, incluso fueron brevemente parte de la misma república, llamada la Gran Colombia).

Aproximadamente una cuarta parte de su población se ha ido, casi ocho millones de personas desde 2014, según las Naciones Unidas.

De ellas, más de tres millones han ido a parar a Colombia, un país de 53 millones donde la mezcla cultural ha hecho que el debate por la arepa sea más actual que nunca.

En Colombia, las arepas suelen acompañar a algún alimento, como carne o sopa, y pueden llevar algo encima o, en ocasiones, un relleno. Pero en Venezuela se consideran una comida completa: grandes y con rellenos de distintos tipos: desde queso y plátano hasta carne. En Colombia, las arepas varían según la región, mientras que en Venezuela hay diversas variedades populares a nivel nacional.

Luego está el asunto de la textura: las arepas colombianas tienden a ser más crujientes mientras que las venezolanas suelen ser más suaves. En Colombia, la gente suele comprar arepas de las tiendas mientras que eso sería un sacrilegio en Venezuela, ya que se acostumbra hacerlas en casa.

¿Otra diferencia?

“La arepa venezolana es hecha de harina de maíz y nosotros usamos el maíz propiamente”, dijo Andrés Giraldo Rueda, de 35 años y gerente de un restaurante Sancho Paisa en Medellín. “La harina de maíz es fácil de conservar y transportar, así que se la pueden llevar por todas partes”.

El restaurante de Giraldo, que también tiene una tienda, ofrece 14 tipos de arepas maíz blanco, maíz amarillo, maíz tratado con cenizas, con queso en la mesa y vende miles de ellas todos los días.

Una mañana reciente, prácticamente todos los clientes consumían una arepa, ya fuera con huevos o queso o chicharrón.

La respuesta a quién va ganando la guerra de las arepas depende a quién le preguntes. Castillo, la profesora, dijo que Venezuela iba a la cabeza gracias a su amplia diáspora repartida por todo el mundo. (Las arepas venezolanas incluso llegaron el año pasado a la Casa Blanca).

“¿Existen areperas colombianas afuera de Colombia?”, se preguntó Sánchez. Hace años se mudó a Medellín con su familia y empezaron a vender arepas venezolanas en un carrito en 2015 y el negocio prosperó hasta convertirse en cuatro restaurantes con 40 empleados, casi todos ellos venezolanos.

Juan Manuel Barrientos, de 41 años, un chef colombiano con dos estrellas Michelin y restaurantes en Colombia, Miami y Washington, dijo que la competencia estaba en empate debido a que su país estaba creciendo como destino turístico. “Nosotros le hemos dado arepas a muchos turistas en los últimos 10, 15 años”.

En las redes sociales, la rivalidad por las arepas ha suscitado una fervorosa discusión, incontables videos e incluso ha sido motivo de chistes.

Angelo Colina, comediante venezolano, se convirtió en un éxito en las redes sociales en 2021 cuando escribió que en una oportunidad pensó que tenía COVID porque la arepa que se estaba comiendo no sabía a nada. Bromeó que luego se dio cuenta de que el restaurante era colombiano lo que, como era de esperar, provocó encendidas reacciones.

“Los colombianos me rostearon y honestamente me lo merecía”, dijo después.

 

Por Agencia