lunes, diciembre 2

Día de la Virgen de la Medalla Milagrosa: La historia de Santa Catalina Labouré

Cada 27 de noviembre se conmemora el Día de la Virgen de la Medalla Milagrosa, celebración establecida por la Iglesia católica en el año 1894, también conocida como la festividad de la Manifestación de la Inmaculada Virgen de la Medalla Milagrosa.

Esta fecha hace referencia al día que Catalina Labouré tuvo una visión de la Virgen María y su pedido de crear una medalla que sirva para enseñar a las personas los valores del catolicismo y prepararlas para recibir la gracia divina de Dios y cooperar con ella.

La historia de Santa Catalina Labouré

Catalina Labouré nació en Francia el 2 de mayo de 1806 y cuando tenía 14 años tomó conocimiento de las Hijas de la Caridad; una congregación católica que brindaba servicio a las personas de bajos recursos. A partir de este acercamiento con la religión católica, Labouré comenzó a tener sueños con mensajes de fe.

En 1830, la joven se convirtió en monja en esa misma congregación, considerando a la Virgen María como su santa de preferencia e inspiración.

La visión de la Virgen María

El 27 de noviembre de 1820, Labouré relató una aparición que tuvo de la Virgen María. Esta fue la segunda vez que presenciaba este tipo de visión. Contó que pudo observar su figura dentro de un marco oval con sus manos resplandecientes de rayos de luz.

En este episodio escuchó a la Virgen decir: “Es la imagen de las gracias que reparto sobre las personas que me las piden, es la imagen de las gracias de aquellos que se han olvidado de pedírmelas”.

En estas visiones, Labouré pudo contemplar un círculo con doce estrellas, la letra M, una cruz y las figuras del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. A partir de esto la Virgen le solicitó que replicara estas imágenes en una medalla con la consigna: “Todos aquellos que porten la medalla recibirán grandes gracias.”

Labouré comentó este suceso al sacerdote de su congregación, solicitando preservar su anonimato. Este le informó al arzobispo de París y decidieron fabricar las medallas, que ganaron una gran notoriedad a través de los siglos.

Luego de esta emblemática aparición, Labouré decidió seguir con sus misiones de fe preservando el honor de esta medalla. Un tiempo antes de fallecer, comentó estas apariciones a sus familiares. El motivo de preservar su identidad fue siempre sus valores humildes. Falleció el 31 de diciembre de 1876.

Los elementos de la Medalla Milagrosa

Para entender la importancia de este símbolo del catolicismo se pueden observar sus distintos elementos:

En el reverso de la medalla aparece la figura de la Virgen aplastando una serpiente como símbolo de triunfo ante Satanás.

Los rayos que salen de las manos de la Virgen son el símbolo de su misión en el mundo iluminando a quienes lo pidan.

El símbolo de la cruz y la letra M significa el rol de María como madre de Cristo crucificado.

Sobre la cabeza de la Virgen pueden observarse doce estrellas como símbolo de los apóstoles.

El camino a la santidad

En el año 1933, bajo la orden del papa Pío XI se realizó la exhumación de su cuerpo para lograr su beatificación. Catorce años más tarde el papa Pío XII la canonizó declarándola Santa Catalina Labouré.

Sus restos descansan en la Capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en la Rue du Bac, París. El papa Juan Pablo II decidió visitar esta capilla el 31 de mayo de 1980 y la nombró en su plegaria a la Virgen María. Su cuerpo puede ser visitado accediendo a esta institución.

Es por ello que el Día de la Virgen de la Medalla Milagrosa es símbolo de humildad, esperanza y asistencia divina a aquellas personas devotas por el catolicismo.

 

Por Agencia