sábado, noviembre 16

La propuesta para prohibir las corridas a los menores de 16 años indigna a los aficionados en Francia

Prohibir la asistencia de los menores de 16 años «es matar la corrida«, se indignan los aficionados a la lidia en Francia, donde el Senado debe pronunciarse el jueves sobre esta medida.

Los senadores debatirán una proposición de ley que busca «preservar a los menores de la exposición a la violencia«, pero, para las organizaciones taurinas, atenta contra la «libertad» y la «tradición«.

«Hay que dejar a los padres y a los niños la posibilidad de escoger«, asegura Christine Banuls, de 50 años y miembro de la Peña Taurina La Embestida de Bouillargues, en el sur de Francia. «El objetivo [de la proposición] es matar la corrida«, sentencia.

En Bouillargues, su peña organiza a mediados de octubre, como desde 2012, uno de los últimos eventos de la temporada, con jóvenes aspirantes a torero como protagonistas.

Este año, sobre la arena y bajo la lluvia, los novilleros españoles Francisco Fernández, Salvador Herrero y Jorge Hurtado, vestidos con sus trajes de luces, torearon hasta la muerte a seis becerros de ganaderías francesas.

Y, en unas gradas casi llenas, una decena de menores de 16 años siguieron la novillada, amenizada por una banda de música. Para fomentar su asistencia, estos no pagaron los 15 euros (16,2 dólares) de entrada, al acudir acompañados.

«Yo temía que la imagen de matar al toro lo afectara, pero en realidad, no«, asegura Maxime, de 36 años, sobre su hijo de 8 años que «ama» la corrida. ¿Y que pasaría si se prohíbe su entrada? «No iremos más. No tengo ningún problema«, agrega.

Su postura es poco común en las gradas. Ludivine Boyer, que acude junto a un grupo de amigas y la hija de 4 años de una de ellas, defiende que las corridas forman parte de la «tradición» y que no hay que prohibirlas a los menores.

«Pero no hay que forzarlos, porque se trata de un espectáculo bastante duro«, agrega la mujer de 36 años, quien, ante el debate parlamentario, traza un paralelismo con la ganadería: «Cuando los animales van al matadero, ¿también lo prohibimos?«.

El «sueño» de ser torero

Francia, donde las corridas se celebran sólo en su tercio sur alrededor de las plazas de Bayona, Mont-de-Marsan, Nimes, Arlés o Béziers, es uno de los ocho países en el mundo con este espectáculo, que desaparecerá en 2027 de Colombia.

Pero no hay un enfoque único sobre los menores. En la mayoría de países se permite su asistencia, aunque en algunos casos si están acompañados por adultos. Las prohibiciones son pocas, como en la región española de Galicia para los menores de 12 años y en algunas plazas de Venezuela.

La propuesta de ley en Francia tiene pocos visos de prosperar, después de un primer voto negativo el pasado miércoles en comisión, un alivio para aficionados y para las escuelas taurinas.

«Es muy peligroso para nosotros. La transmisión se interrumpiría«, asegura Marc Jamet, de 73 años y profesor del Centro de Tauromaquia de Nimes, para quien sería «tarde» si los jóvenes se interesan por formarse como matador a partir de 16 años.

«Son los chavales que fueron a ver una corrida con su abuelo o sus padres a los que les picó la curiosidad«, abunda Richard Milian, antiguo matador de toros y director de la escuela taurina de Cauna, cerca de Mont-de-Marsan, en el suroeste de Francia.

Elias, de 13 años, es uno de la docena de alumnos de entre 6 y 22 años formados este año en Nimes. Antes de la novillada de Bouillargues, participó en una capea en la misma plaza, primera etapa en su camino de cumplir su «sueño» de ser «el hombre en medio del ruedo«.

Este adolescente, vestido con chaquetilla verde, vio su primera corrida con 3 o 4 años, gracias a la pasión transmitida por su padre y su abuelo. «Y sigo sin estar traumatizado«, subraya.

Más allá de la propuesta de ley, el principal desafío es atraer a los jóvenes. La Unión de Ciudades Taurinas Francesas (UVTF) puso en marcha precios asequibles para este colectivo y ofreció incluso este año 2.300 entradas para menores de 25 años.

Anthony Sorbet, de 25 años, creó un colectivo de jóvenes aficionados y usa las redes sociales para «dar a conocer» a la juventud las «emociones que se viven en las plazas»: «Cuando somos pequeños, lo que nos impacta es sobre todo la fuerza del momento«.

Por: Agencia