Las fiestas patronales de La Chinita iniciarán oficialmente el próximo sábado 26 de octubre con su bajada, pero este domingo se conocieron aspectos que son de suma importancia para las venideras fechas. Cada uno de los mantos que vestirá la Virgen de Chiquinquirá fue develado y bendecido.
Nedward Andrade, párroco rector de la Basílica Nuestra Señora de Chiquinquirá, agradeció a las diseñadores y a los benefactores quienes son pieza clave en la materialización de cada manto, los cuales se relacionan al lema de las fiestas de este año: «Chiquinquirá: camino de esperanza y paz».
Siete mantos: Devoción, fe, esperanza y paz
El manto procesional de la bajada, inspirado en la oración y la unión, invita a elevar los corazones hacia lo divino y a fortalecer lazos de hermandad. Representa un homenaje a la Virgen en el día de su bajada.
La familia Reverol Davila ofrendó este manto y el caraqueño Julio Mora lo diseñó.
El manto del camerin de la bajada, inspirado en el Santísimo sacramento del altar, fue ofrendado por la familia Santana Rodriguez y diseñado por Rafael Tapia.
Por su parte, el manto del 18 de noviembre fue confeccionado para conmemorar un hito histórico en la devoción venezolana, como lo son los 125 años de consagración de nuestro país al Santísimo sacramento del altar.
Ángel Villasmil y su familia ofrendaron este manto, y Nidal Nouaheid se encargó de su diseño.
Desde la voz de los diseñadores
El manto parroquial: «Peregrinos de la Esperanza», es una pieza que trasciende lo material. «Está inspirado en la oración por el mundo entero, por cada uno de los continentes» explicó Andrade». Asimismo, la cruz multicolor simboliza la esperanza. Lo ofrendó la familia Morales Morrel y su diseñador es Luis David Acosta.
«Llevo dos años consecutivos, con el homenaje parroquial casualmente, llegué aquí por designios de Dios, porque de verdad fue algo que nunca busqué, solo llegó a mi, es un don que me regaló el Señor» declaró Luis David Acosta al equipo de Foco Informativo.
El manto de la Aurora está inspirado en la devoción, es de un color rosa palo, «suave y delicado como el amanecer».
Los hermanos Mejía Ramírez y Mejía Araujo ofrendaron este manto.
«Cada año tengo una inspiración distinta… me fui a New York y me puse a caminar la tela, me dije, tengo que encontrar una tela litúrgica, color guayaba, porque la virgencita no tiene ese color. Fue algo increíble, llegue a una tienda y encontré la tela, el forro y todo» detalló Miriam Rodríguez responsable del diseño del manto de la Aurora.
El manto del camerin de la subida, su imagen central la representa el símbolo Mariano que identifica a María, como madre de Dios y de toda la humanidad. Fue diseñado por Rafael Tapia y lo ofrendó la familia Rodriguez Rodriguez.
«La elaboración de ambos mantos me llevó aproximadamente un mes… lleva muchos detalles, hechos con la misma devoción y satisfacción de siempre, es parte de la tradición de mi vida», relató Rafael Tapia, quien es importante destacar que junto con Miriam Rodríguez, estuvo a cargo del diseño de dos mantos respectivamente.
El manto de la procesión lacustre lo elaboraron en color agua marina; tiene imagen principal la combinación del ancla y la cruz como símbolo de esperanza, donde la fe queda anclada en el Señor.
La familia Atencio Atencio ofrendó este manto y Miriam Rodríguez lo diseñó.
«Cada manto es una catequesis que está llamada a que nos llegue al corazón y nos acerque más a Dios, como lo hace nuestra madre santísima» expresó el padre Nedward.
Por: Yorgelis Labarca / Fotos: Lizaura Noriega