El número de heridos por el incendio que colocó en jaque a Quito, la capital de Ecuador, subió este miércoles a siete, mientras que un hombre fue detenido como sospechoso de haber provocado intencionalmente el fuego, al que la Policía pide que se le procese penalmente por terrorismo.
Las llamas han calcinado unas 146 hectáreas de una zona boscosa y montañosa de la capital ecuatoriana, donde hasta la tarde de este miércoles aún no había logrado ser controlado el avance al fuego por la complicada orografía de la zona, pese a las continuas descargas de agua que han hecho un grupo de helicópteros.
Entre los heridos hay un bebé de menos de un año, su madre y dos bomberos, según dijo el comandante del Cuerpo de Bomberos de Quito, Esteban Cárdenas.
Unas 44 personas tuvieron que recibir asistencia en centros médicos, mientras que más de un centenar de personas permanecía evacuada de sus viviendas.
El fuego se inició en la zona de Guápulo, pero pronto se extendió sin control a otras zonas, por lo que las llamas llegaron hasta el Parque Metropolitano de Quito y algunos sectores de viviendas. De acuerdo a las autoridades, tres viviendas quedaron completamente destruidas y otras cinco afectadas.
Según Gabriel Rodríguez, capitán del Cuerpo de Bomberos, este miércoles seguían activos dos focos de incendio: uno en cerro Auqui y otro en el Parque Metropolitano, desde donde han salido columnas de humo que mantienen parte de la ciudad bajo una bruma y con olor a quemado en el ambiente, especialmente en la zona norte de la ciudad.
En las labores de sofocación de incendios se usan carros cisterna y helicópteros, y participan bomberos, militares, policías y se ha apreciado también cadenas de ciudadanos de a pie con bidones de agua y mangueras.
Recompensa por información
Si bien las autoridades ofrecieron una recompensa para quien dé información que permita dar con los presuntos responsables de los incendios al considerar que estos fueron premeditados, pasado el mediodía fue detenido por la Policía el primer sospechoso, un joven ecuatoriano de 21 años que portaba un galón de combustible en la zona de Guápulo.
La Policía todavía está en la búsqueda de otras dos personas que aparentemente acompañaban al detenido, para quien el subcomandante de la Policía, Fausto Buenaño, exigió a la Fiscalía que se le procese por terrorismo.
Luis Tonato, un agente civil de tránsito, informó este miércoles de que halló la tarde del martes dos bidones con material inflamable cerca de la zona donde se presume que comenzó el incendio. Los bidones, que ahora están bajo custodia policial, contenían aceite usado y tenían un «fuerte olor a diésel», según Tonato.
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, reiteró este miércoles que con el Gobierno nacional han coincidido «en catalogar a este ataque, a estos incendios, de criminales y terroristas». Es «absolutamente sospechoso, criminal y terrorista», que mientras ocurría «este ‘megaincendio’», al mismo tiempo se prendían otros (en otras partes de la ciudad), dijo.
Los incendios ocurrieron en la madrugada cuando «no hay ni sol, no hay ni radiación y, evidentemente, hay la acción humana», sentenció, mientras la Fiscalía abrió una investigación previa en torno a los incendios registrados en Quito.
Más tarde, Muñoz anunció que todo el área metropolitana de Quito va a estar bajo emergencia ante la amenaza que se sigan sucediendo los fuegos, algo que se ha vuelto recurrente desde agosto.
Clases a distancia
El Ministerio de Educación dispuso que se extienda por otras 48 horas las clases a distancia en Quito, que rigen desde este miércoles a fin de velar por «la integridad y bienestar de la comunidad educativa». Ello porque el aire de la ciudad está contaminado y se mantienen los trabajos para controlar los dos focos de llamas.
«Es una desgracia que estamos viviendo como país, no como Gobierno ni como Municipio, sino como país», dijo el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, tras concluir una reunión del Comité de Emergencias Operacional (COE) Nacional.
El Gobierno también ha suspendido temporalmente los cortes de electricidad que estaban programados en Quito como parte de los racionamientos que comenzaron a darse desde la semana pasada, producto de la grave sequía que impide operar con normalidad las principales centrales hidroeléctricas del país.
Según el Instituto de Meteorología e Hidrología (Inamhi) de Ecuador, el país vive su peor estiaje (época seca) de los últimos 61 años, lo que ha facilitado la propagación de incendios, con más de 23.400 hectáreas afectadas por las llamas desde agosto.
Por Agencia