Tras los recientes eventos políticos en el país, poeta, historiador y ensayista, Rafael Arráiz Lucca, insistió este jueves en que no se puede abandonar jamás el camino del diálogo, ni en las peores circunstancias.
«Siempre hay que privilegiar el diálogo, la negociación y búsqueda de acuerdo bajo cualquier circunstancia», señaló.
Resaltó, en entrevista para el Circuito Éxitos, que la coincidencia en el espíritu, el perfil y las características de los protagonistas que se sentaron, llegaron a acuerdos y los respetaron en Venezuela, es el convencimiento de que para un buen gobierno, se necesita paz.
«No se puede hacer un buen Gobierno en medio de terribles diatribas, para gobernar eficientemente, hay que llegar a un acuerdo con adversarios. Si no te pasas la vida en un solo pleito donde no puedes hacer obras», añadió.
Recordando varios acuerdos importantes en la historia venezolana, destacó que en 1827, cuando Bolívar viene por última vez a Venezuela para “meter en cintura” al general Páez, se da cuenta de la gran aceptación que tiene este y que enfrentarlo podría desembocar en una guerra civil. Indicó que estos llegan a un acuerdo cuando Bolívar nombra a Páez Jefe Civil y Militar de Venezuela, un cargo que no existía en la constitución.
«Cuando Santiago Mariño y José Tadeo Monagas le dan un golpe de Estado al Dr. José María Vargas, Páez les tuerce el brazo y trae de vuelta a Vargas del exilio y le devuelve la presidencia, creándose un acuerdo con un militar civilista», agregó.
Arráiz Lucca resaltó que uno de los acuerdos que no funcionó de la manera en que se esperaba fue cuando Páez designa canciller a Santos Michelena para que resuelva el tratado de límites entre Colombia y Venezuela, dicho tratado, el Pombo-Michelena, favorecía a Venezuela y el congreso del país no lo aprueba hasta 3 años después, cuando Colombia muestra títulos que demuestran que parte de ese territorio les correspondía.
Referente al Pacto de Punto Fijo, firmado en 1958, señaló que este estuvo redactado por Acción Democrática, Copei y URD, las fuerzas políticas mayoritarias, que reunían el 97 por ciento de la población, y buscaba neutralizar a un sector de las fuerzas armadas que no creía en el proyecto democrático. Este se deshizo a los dos años.
«Hay una frase de Bolívar en sus últimos días que dice: es preferible un arreglo que un pleito, el no habernos compuesto con Santander nos ha perdido a todos», acotó.
Por: Agencias / Foto: Cortesía