miércoles, octubre 30

Casper: El extraño pulpo de las profundidades marinas que carece de células pigmentarias

Las exploraciones tienen un propósito, claro está, pero muchas veces este queda eclipsado ante un hallazgo hecho en el camino, que toma totalmente por sorpresa y que, aparte, se posiciona como único en su tipo. Algo así fue lo que sucedió en 2016, cuando Okeanos Explorer iba a profundidades de más 4 mil metros, para obtener información sobre si existe conexión entre las islas del archipiélago hawaiano, y terminó por encontrar a un pulpo, al que llamaron Casper en razón de su inusual aspecto. Reseña National Geographic.

Casper, un pulpo como ningún otro

Fue con un equipo teledirigido con el cual los investigadores se dieron de frente con una extraña criatura de las profundidades marinas. Exactamente, el descubrimiento se hizo en una zona plana de rocas entremezcladas con sedimentos a 4 mil 290 metros de profundidad.

El vehículo se topó con un notable y pequeño octópodo sentado sobre una roca. Nada sobre su aspecto daba algún factor para relacionarlo con una especie conocida. Es más, dicha ocasión se convirtió en la observación, de un cefalópodo de este tipo, lograda a mayor profundidad.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), para dimensionar el tamaño de este descubrimiento, nos explica que los pulpos de aguas profundas de dividen en dos tipos:

Los cirrados o con aletas (también conocidos como pulpos «dumbo»), que se caracterizan por tener aletas a los lados del cuerpo y cirros en forma de dedos asociados a las ventosas de los brazos.

Los incirrados, que carecen de aletas y cirros y tienen un aspecto similar al de los pulpos comunes de aguas poco profundas.

Aclarado esto, Casper, por sus características, fue catalogado como un pulpo incirrado.

¿Por qué es único?

Aunque este descubrimiento se hizo hace tiempo, su impacto es suficiente para que hoy se siga hablando, en varios sitios, sobre Casper, el pulpo.

Hablemos de sus características. Entre las distintivas está la de que las ventosas estaban en una, en lugar de dos, series en cada brazo. Otra, que fue la llamó más la atención y la que le valió el nombramiento, es que el animal carece de células pigmentarias, las cuales se conocen como cromatóforos, y son típicas de la mayoría de los cefalópodos.

“Es casi seguro que se trata de una especie no descrita y puede que no pertenezca a ningún género conocido”, apunta la NOAA.

Y, además, Casper sería el primer pulpo incirrado encontrado a más de 4 mil metros de profundidad. Un caso verdaderamente extraño.

A la fecha, los investigadores siguen buscando más ejemplares de la especie, con el fin claro de descifrar todo lo posible sobre un animal como pocos.

Por: Agencias / Foto: Cortesía