El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó este lunes de “intolerables” los disturbios ocurridos en Irlanda del Norte en las manifestaciones anti-inmigración alentadas por la ultraderecha, en las que más de una veintena de policías resultaron heridos y causaron cuantiosos destrozos.
El líder laborista efectuó esas declaraciones en Belfast, tras reunirse con el superintendente de la Policía norirlandesa (PSNI), Jon Boutcher, quien pidió más apoyo por parte de Londres pese a tratarse de una fuerza del orden autónoma, dependiente del Gobierno de poder compartido.
En respuesta a las recientes protestas violentas, en torno a un centenar de agentes de otros cuerpos de Gran Bretaña permanecen en Irlanda del Norte para ayudar a la PSNI, que necesita al menos mil 200 agentes locales más para alcanzar los niveles recomendados, según ha reflejado un estudio.
Boutcher recordó asimismo que la PSNI es un “caso atípico” respecto a su financiación al compararla con la de los servicios de policía de Inglaterra, Escocia, Gales o, incluso, de la vecina República de Irlanda.
«Por supuesto, hemos hablado sobre recursos y capacidades”, explicó hoy Starmer, quien, no obstante, subrayó que el objetivo principal de su visita a Belfast es agradecer en primera persona a los agentes que han afrontado los disturbios y reunirse con las comunidades afectadas.
“Los desórdenes son intolerables, no tienen justificación, son claramente racistas y no representan a la Irlanda del Norte moderna y progresista que sé que es este lugar”, subrayó el primer ministro, en su segunda visita a la provincia desde que accedió al poder el pasado julio.
También se comprometió a abordar la ayuda para la PSNI, ya sea financiera “o de otras maneras” en el marco de un apoyo más amplio tanto “a medio como a largo plazo”.