domingo, diciembre 22

El independentista Puigdemont reaparece en España tras siete años huido en el extranjero

«¡Viva Cataluña libre!», lanzó el líder independentista Carles Puigdemont, de regreso este jueves a Barcelona tras casi siete años en el extranjero para evadir a la justicia española, el día en que el Parlamento catalán debe elegir como nuevo presidente regional a un socialista.

«No sé cuánto tiempo va a pasar hasta que volvamos a vernos, amigos y amigas, pero pase lo que pase cuando nos volvamos a ver espero que podamos volver a gritar juntos bien fuerte (…) ¡Viva Cataluña libre!«, dijo desde un escenario ante miles de simpatizantes Puigdemont, sobre quien pesa una orden de detención, reseña la agencia AFP.

Tras su breve discurso, Puigdemont, rodeado de los líderes de su partido y seguido por simpatizantes y periodistas, se dirigía hacia el Parlamento catalán, donde intentará estar presente en la sesión de investidura del socialista Salvador Illa.

Pero el edificio del Parlamento está rodeado de la policía, que tiene instrucciones de detenerlo.

Después de meses de bloqueo e intensas negociaciones desde las elecciones de mayo en las que los socialistas llegaron primeros, por delante del partido de Puigdemont pero sin mayoría absoluta, la rica región del noreste de España debería finalmente tener como nuevo presidente al socialista Salvador Illa.

Su elección pondrá fin a la cuenta atrás que terminaba el 26 de agosto, fecha límite para evitar una repetición electoral si para entonces no hay un nuevo jefe del ejecutivo regional.

Pero toda la atención la captaba Puigdemont, el presidente regional durante la fallida secesión de Cataluña en octubre de 2017, quien finalmente logró llegar a Barcelona sin haber sido detenido, tal y como tenía previsto.

Sin amnistía

«Un país que tiene una ley de amnistía y que no amnistía, tiene un problema de naturaleza democrática«, aseveró en su discurso Puigdemont.

El independentista se refería a la legislación que impulsó el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, a cambio del necesario apoyo del partido de Puigdemont, Juntos por Cataluña (JxCAT) para poder ser reelegido en noviembre pasado.

Pero el 1 de julio, el Tribunal Supremo determinó que la amnistía no se aplicaba para Puigdemont en el delito de malversación, un cargo por el que podría ser condenado a hasta 12 años de cárcel.

En el video en el que anunció su vuelta, el líder independentista dijo que con su regreso buscaba «contestar» el «desafío» de ciertos jueces del Supremo, que con una «actitud de rebelión» no han aplicado la amnistía.

Las consecuencias del retorno de Puigdemont –a quien el partido de extrema derecha Vox califica de «prófugo golpista«– aún no están claras, pero por lo pronto podría postergar la investidura de Illa.

El secretario general de JxCAT, Jordi Turull, anunció que si Puigdemont es detenido, pedirá la suspensión de la sesión.

Polémico acuerdo

Lejos de estas consideraciones, Salvador Illa, ministro de Sanidad español durante la pandemia del covid y cercano a Pedro Sánchez, se ha centrado en los últimos días en defender el acuerdo que le permitirá convertirse en el primer presidente catalán que no procede de las filas de un partido nacionalista o independentista desde 2010.

Illa logró el respaldo de los independentistas ERC y de una formación de izquierda radical que pertenece a la plataforma Sumar, socio de coalición de los socialistas en el gobierno nacional.

Pero para amarrar los síes de ERC, los socialistas tuvieron que prometer como recompensa algo largamente anhelado por los separatistas catalanes: el control total de los impuestos recaudados en la región, a semejanza de lo que ocurre en el País Vasco.

«Para unos es un golpe de Estado, otro más, yo no sé cuántos golpes de Estado llevamos, cuántas veces hemos destruido España«, ironizó Pedro Sánchez.

«Y resulta que España y Cataluña están más fuertes, están más unidas» que en los años tumultuosos alrededor de la fallida independencia catalana, dijo el mandatario socialista la semana pasada.

 

Por: Agencia