Una investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, muestra que la elevada presencia de turistas y vehículos en zonas donde habita la hubara canaria (Chlamydotis undulata fuerteventura) aumenta su mortalidad.
La hubara canaria es un ave endémica de las islas orientales del archipiélago que está en peligro de extinción, comunica EFE en su nota de prensa.
Las conclusiones de este trabajo, publicadas en la revista Biological Conservation, son fruto del análisis de datos obtenidos a través de dispositivos de localización que se instalaron en 51 ejemplares de esta especie entre 2018 y 2022, incluido el periodo de confinamiento por la covid-19, informa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un comunicado.
Las hubaras se desplazan de forma habitual caminando y solo suelen levantar el vuelo si se sienten amenazadas.
Estos vuelos pueden provocar colisiones mortales con tendidos eléctricos y vehículos, las dos principales causas de mortalidad provocada por el ser humano en esta especie, como reveló un estudio publicado en enero de este año.
La tecnología GSM-GPRS permite contar con datos muy precisos sobre la posición y actividad de las aves, de ahí que los investigadores emplearan telemetría de alta resolución para examinar si los lugares de origen de los vuelos estaban cerca de carreteras o caminos.
En la pandemia se redujeron muertes
“Durante el cierre temporal al turismo que impuso la pandemia en 2020 observamos que las hubaras redujeron la frecuencia de sus vuelos en un 76 %. En ese periodo también circularon muchos menos vehículos por la isla, lo que explica que registrásemos menos muertes de estas aves por colisión con tendidos eléctricos y telefónicos y menos atropellos en carretera”, explica Inmaculada Abril-Colón, investigadora del MNCN.
El estudio señala que, a pesar de que las perturbaciones humanas pueden generarse tanto por turistas como por locales, la influencia de la población local (156.112 habitantes en Lanzarote y 120.021 en Fuerteventura), es relativamente pequeña en comparación con la de turistas (respectivamente, 2.816.231 y 2.057.495 en 2022, según datos del Gobierno de Canarias).
Y muestra que durante el confinamiento por la covid-19, aunque las labores agrícolas o ganaderas no se vieron restringidas, no se registró el impacto que se asocia a la actividad turística elevada.
Durante la investigación, de las 51 hubaras estudiadas, se registraron 6 muertes relacionadas con causas antropogénicas: 2 por colisión con tendidos aéreos durante vuelos locales no migratorios y 4 atropellos.
Los resultados indican que, de ellas, 5 se produjeron durante los años anteriores y posteriores a la covid-19 mientras que solo una sucedió al final del confinamiento parcial, en mayo de 2021.
“El estudio muestra claramente que el turismo masivo puede tener consecuencias negativas sobre la fauna, y provoca molestias e incluso muertes de especies amenazadas, como la hubara canaria”, apunta el investigador del MNCN-CSIC Juan Carlos Alonso, director del Proyecto Hubara y coautor del estudio.
Para evitar los efectos del turismo en esta especie, los científicos recomiendan establecer zonas acotadas para actividades recreativas al aire libre realizadas en carreteras y pistas y restringir el acceso a determinadas zonas, especialmente aquellas con alta densidad de hubaras y otras aves amenazadas.
Por: Agencias