sábado, agosto 17

Un flujo sanguíneo cerebral reducido puede ser predictivo de alzhéimer

Una colaboración multilateral encabezada por el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, ha conseguido medir, gracias a una nueva secuencia de Resonancia Magnética (RM) especialmente sensible, una disminución del flujo sanguíneo cerebral en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer, antes de que aparezcan los síntomas clínicos. Expertos en el desarrollo de nuevas secuencias de RM, profesionales clínicos del Hospital del Mar y otros colaboradores han participado en este proyecto que aportando biomarcadores de última generación de la enfermedad de Alzheimer.

El equipo empleó una técnica innovadora denominada Time-encoded Arterial Spin Labeling (teASL) para detectar cambios muy tempranos en el flujo sanguíneo cerebral de los participantes del estudio. Los resultados, publicados en la revista científica Alzheimer’s & Dementia, revelan que las personas con patología de alzhéimer muestran un flujo sanguíneo reducido en áreas específicas del cerebro también durante las etapas iniciales de la enfermedad, reseñó WebConsultas.

La enfermedad de Alzheimer es una patología neurodegenerativa progresiva y es la causa principal de demencia. Se distingue por la presencia de dos tipos de patologías: beta amiloide (Aβ), que puede encontrarse en individuos cognitivamente sanos mucho antes de la aparición de síntomas clínicos; y patología tau, que precede de manera cercana a la neurodegeneración y al deterioro cognitivo y funcional. Las patologías Aβ y tau pueden detectarse en vivo mediante biomarcadores de fluidos, como el líquido cefalorraquídeo y la sangre, así como mediante imágenes de tomografía por emisión de positrones (PET). Además, los biomarcadores de disfunción sináptica y neurodegeneración están alterados en individuos cognitivamente sanos con biomarcadores anormales de alzhéimer.

Uno de los primeros procesos que se activan en el cerebro debido a la patología del Alzheimer, caracterizada por la acumulación de proteínas beta amiloide y tau, es la reducción del flujo sanguíneo cerebral. Este flujo es crucial, ya que proporciona oxígeno y glucosa al cerebro, siendo esencial mantenerlo dentro de los niveles normales para asegurar la salud y el correcto funcionamiento de este órgano. Las alteraciones en el flujo sanguíneo cerebral pueden preceder o acompañar diversas condiciones neurológicas, incluida la enfermedad de Alzheimer. Por ello, medirlo con precisión es fundamental para comprender estas afecciones.

De hecho, el flujo sanguíneo cerebral (FSC) está disminuido en pacientes con enferdad de Alzheimer que presentan deterioro cognitivo en comparación con controles sanos. Sin embargo, la magnitud de la reducción del FSC en individuos con alzhéimer que tienen biomarcadores alterados de beta amiloide (Aβ+) es un tema de debate. El flujo sanguíneo cerebral se puede medir utilizando diferentes técnicas, como la tomografía por emisión de fotón único (PET), la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) y la resonancia magnética (RM) con marcaje de espín arterial (ASL), aunque tienen diferentes costos y perfiles de seguridad, y algunas limitaciones.

Por Agencia.