domingo, agosto 18

La iglesia católica celebra el día de la Virgen del Carmen

La iglesia católica celebra este martes 16 de julio el día de Virgen del Carmen, patrona del ejército venezolano y una de las advocaciones marianas más veneradas en el país.

Se le considera además patrona de los marineros, pescadores, navegantes y de todos aquellos que se enfrentan a situaciones de peligro en el mar.

La Virgen del Carmen es una de las advocaciones más antiguas de la Virgen María, la Madre de Jesús y por ello Madre Nuestra.

En Venezuela su imagen es una de las más apreciadas por los católicos, al punto que con su nombre han sido bautizados miles de mujeres y hombres. Se repite además en barriadas, calles, avenidas, plazas y capillas. En distintas comunidades cada 16 de julio se realiza una fiesta en su honor, reseñó El Carabobeño.

Su historia

La Cofradía Nacional Virgen del Carmen de Chile, cita que como relata el Primer Libro de los Reyes, capítulos 17 y 18, el pueblo hebreo pidió al profeta Elías que intercediera por él ante el Señor, por la gran sequía que sufría el país. Por ello, Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal y así El terminara con los sufrimientos de los habitantes de la región.

Elías subió al Monte Carmelo varias veces a orar hasta que finalmente apareció una gran señal: «Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano» (1 Rey 18, 44).

A partir de la lluvia que trajo la señal de la nube, el Monte Karmel o Monte Carmelo, cuyo nombre significa jardín, se convirtió en un lugar sagrado. Hasta allí y por cientos de años llegaron a vivir ermitaños que se dedicaron a la oración y que con el paso de los siglos fueron llamados monjes carmelitas.

Estos hombres que se entregaron a la vida de oración y penitencia en el desierto, comenzaron a invocar a María con el nombre de «Santísima Virgen del Monte Carmelo», lo cual derivó en «Virgen del Carmen».

En el siglo XIII, el patriarca latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, pidió a los ermitaños del Monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida. Esto se concretó por medio de una regla que fue aprobada por el papa Honorio III en enero de 1226 y, posteriormente, confirmada por Inocencio IV. De esta manera, nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su rama masculina como femenina.

Mensaje

En Inglaterra está el origen del mensaje de la virgen del Carmen. El domingo 16 de julio de 1251, San Simón Stock, superior general de los Padres Carmelitas, del convento de Cambridge, estaba rezando por el destino de su orden, cuando se le apareció la Virgen María.

Estaba vestida de hábito carmelita, llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el escapulario, que le entregó diciendo: “Recibe hijo mío este escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno ”.

El escapulario

El escapulario de la virgen del Carmen es de gran importancia para los fieles católicos, porque según la tradición, la Madre de Dios se le entregó personalmente a San Simón Sock.

Es famoso por las promesas que hizo la virgen, a quienes murieran con él puesto.
La primera promesa se la hizo al fundador de los Carmelitas, San Simón Stock, con las siguientes palabras: “El que muriere con el escapulario no padecerá el fuego del infierno”.

Y la segunda promesa se la hizo al Papa Juan XXIII. Mientras este oraba, se le apareció la virgen y le reveló que sacaría del purgatorio, sábado después de la muerte, a aquel que muriera con el escapulario.

Al concluir el Angelus el pasado domingo, el papa Francisco pidió rezar a la Virgen del Carmen, para que dé la paz a todos quienes sufren a causa de la guerra.

“La Madre de Dios, a quien pasado mañana celebraremos como la Beata Virgen del Monte Carmelo, dé consuelo y obtenga la paz a todas las poblaciones que son oprimidas por el horror de la guerra”, dijo el Santo Padre ante los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

 

Por Agencia