El icónico Willie Mays, considerado uno de los mejores jugadores en la historia del béisbol, murió el martes a los 93 años, anunció la familia del venerado atleta estadounidense.
La noticia que conmocionó a los amantes del béisbol fue confirmada por la familia de Mays- el primer jugador negro en ser capitán de un equipo de Grandes Ligas- en un comunicado conjunto con su exequipo, los Gigantes de San Francisco, reseñó AFP.
“Mi padre falleció en país y entre sus seres queridos”, dijo su hijo Michael Mays en la misiva.
“Quiero agradecerles a todos desde el fondo de mi corazón roto por el amor inquebrantable que le profesaron a lo largo de los años”, agregó.
El presidente de los Gigantes de las Grandes Ligas, Greg Johnson, dijo que Mays había marcado una huella que iba mucho más allá de su deporte.
“Hemos perdido a una verdadera leyenda”, dijo Johnson.
Mays “tuvo una profunda influencia no solo en el bésibol, sino también en el tejido de Estados Unidos. Fue una inspiración y un héroe al que siempre se lo recordará y extrañará profundamente”, agregó.
El comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, elogió al jardinero central de los Giants como una estrella que inspiró a “generaciones de jugadores y fanáticos”.
Mays, conocido como “Say Hey Kid”, nació en Alabama en 1931 y jugó béisbol por primera vez con los Birmingham Black Barons de la Liga Negra Americana en 1948.
En 1950 fue fichado por los Gigantes, en ese entonces con sede en Nueva York, y debutó en 1951 deslumbrando con 20 jonrones para ganar el premio a Novato del Año.
Tres años después, fue campeón de la Serie Mundial con los Gigantes, último título de la franquicia antes de mudarse a San Francisco.
En la Serie Mundial de 1954, Mays realizó una de las jugadas más asombrosas de la historia del béisbol con una atrapada por encima del hombro durante una victoria en el primer juego que pasó a llamarse simplemente “The Catch”.
Ese espectacular octavo innning contra los Indios de Cleveland sirvió para mantener el marcador empatado 2-2, pero luego los gigantes ganaron el juego 5-2 en entradas extra.
Mays restaba importancia a ese tipo de páginas memorables de su carrera.
“Simplemente jugaba todos los días y disfrutaba de lo que hacía. Cuando había una gran atrapada era simplemente una rutina (…) Ganar era importante.Ganar”, dijo el beisbolista en una ocasión al ser entrevistado.
Mays se retiró del béisbol en 1973, poniendo punto final a una carerra con los Mets de Nueva York después de jugar con los Gigantes desde 1951 a 1972.
Además de ganar con los Gigantes la Serie Mundial de 1954, ganó dos premios al Jugador Más Valioso, con 11 años de diferencia, conectó 660 jonrones, el sexto mejor en la lista de todos los tiempos de la MLB.
Con 24 participaciones en el All-Star ingresó al Salón de la Fama del béisbol en 1979.
Por Agencia