La Superliga y la UEFA vuelven a enfrentarse el jueves en un tribunal de Madrid, ante el que los promotores de esa competición denunciaron al organismo rector del fútbol europeo y a la FIFA por abuso de posición dominante hace casi tres años.
Las partes defenderán sus diferentes posturas sobre el proyecto ante la jueza Sofía Gil, que deberá decidir si la UEFA, con sus reglas de 2021, abusó de su posición de dominio para impedir la creación de la Superliga y poner trabas a la libre competencia.
La titular del juzgado de lo mercantil N.17 de Madrid deberá tener en cuenta para su decisión el dictamen emitido por la justicia europea en diciembre pasado.
La sentencia europea fue una respuesta a unas preguntas planteadas por el juez Manuel Ruiz de Lara, predecesor de Gil al frente del juzgado, y ante el que presentaron su denuncia los promotores de la Superliga.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó en diciembre pasado que las normas de FIFA y UEFA «que supeditan a su autorización previa cualquier proyecto de nueva competición de fútbol de clubes, como la Superliga, y que prohíben a los clubes y a los jugadores participar en la misma, so pena de sanciones, son ilegales«.
«Posición dominante»
El TJUE, que se pronuncia sobre las reglas de la FIFA y de la UEFA en vigor en 2021, en el momento en el que se lanzó el procedimiento, estima que los poderes de esas dos organizaciones no han ido acompañados de «criterios que permitan garantizar su carácter transparente, objetivo, no discriminatorio y proporcionado«, por lo que considera que «están abusando de su posición dominante«.
El Tribunal precisó, no obstante, que ello no significa que el proyecto de la Superliga «deba ser necesariamente autorizado«, subrayando que se pronuncia de forma general sobre las reglas de la FIFA y la UEFA, y no sobre ese «proyecto específico«.
Tras esta decisión, el director general de A22, sociedad promotora de la Superliga, Bernd Reichart, afirmó en un mensaje en X, que habían «ganado el derecho a competir. El monopolio de la UEFA ha terminado. El fútbol es libre«.
También el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, celebró que «el fútbol europeo no es ni será nunca más un monopolio«.
El equipo merengue, junto al Barcelona, son los únicos que se mantienen en el proyecto de los doce grandes clubes europeos que anunciaron en abril de 2021 la creación de una competición propia privada, con un enorme potencial comercial, adelantándose al anuncio de la reforma de la Liga de Campeones.
La fuerte oposición de sectores de hinchas y el gran revuelo organizado, especialmente en Inglaterra, llevaron pronto a que nueve clubes del proyecto renunciaran públicamente a seguir en el mismo. El ‘motín’ se sofocó en menos de 48 horas.
Cambios
Desde aquel anuncio y la posterior denuncia en el juzgado madrileño, las posturas de las dos partes han ido cambiando.
La UEFA adoptó nuevas reglas en 2022 para tratar de adaptarse mejor a la legislación europea a la hora de autorizar nuevas competiciones.
Esto le llevó a afirmar tras la decisión del TJUE que «ese fallo no significa una aprobación o una validación de la llamada Superliga. Subraya más bien una laguna preexistente» en la reglamentación de la UEFA, señalando su «confianza» en la legalidad de las nuevas normas.
Por su lado, A22 anunció en diciembre que la Superliga, inicialmente cerrada, sería un torneo con 64 equipos, «sin ningún miembro permanente«, repartidos en tres categorías, con un sistema de ascensos y descensos, prometiendo su difusión a través de una plataforma de streaming, pero sin precisar calendario ni qué clubes participarían.
LaLiga, muy beligerante contra la Superliga, publicó el martes un nuevo vídeo en sus redes sociales denunciando que este proyecto «ataca frontalmente el modelo de solidaridad europeo» y haría perder valor a las ligas domésticas.