Benjamín Scharifker, doctor en fisicoquímica, exrector de la Universidad Simón Bolívar y de la Universidad Metropolitana y Carlos Fernando Calatrava, director de la Escuela De Educación de la Universidad Católica Andrés Bello, propusieron destinar el 10 por ciento del PIB del país a la educación.
Scharifker indicó que esto es lo que se invierte en otros países, sin embargo, al no tener cifras claras en Venezuela, se hace muy difícil conocer montos exactos.
Explicó, en entrevista con Román Lozinski, que en esta cifra se involucra a todo el país con un esfuerzo de la parte privada y pública.
El Dr. en fisicoquímica aseguró que se debe resolver la valoración de la educación por parte de la sociedad, insistiendo en que mientras no se establezca el valor de la educación, no se podrá atender el segundo problema, el financiamiento de esta actividad que es costosa.
«En Venezuela no tenemos a la educación como un tema de importancia nacional en el ámbito político. En el área empresarial tampoco se ha hecho este esfuerzo que los beneficia. Para valorar la educación, los profesores deben tener una compensación acorde al trabajo que hacen», añadió.
Destacó que si todas las escuelas públicas reciben un presupuesto del estado y no tienen ninguna evaluación de desempeño para recibir ese presupuesto, «¿qué incentivo tienen como padre para enviar a mi hijo a ese colegio?»
El exrector de la USB pidió buscar vínculos entre comunidades y escuelas, proponiendo a su vez que el presupuesto de la escuela esté vinculado a su desempeño por medio de la evaluación de los padres.
«Esto se puede hacer con un sistema de vouchers que se aplica en Holanda y Chile donde el estado asume la función de subsidiar la educación básica, pero dándole un presupuesto a los padres. Los padres lo gastan en el colegio que prefieran», acotó.
Resaltó que en las universidades, hay muchas fuentes posibles de financiamiento que tienen que ver con el mismo desarrollo, insistiendo en que valorar la educación, también está vinculado a entender que no es un servicio uniforme, debe ser brindado de forma individualizada y no puede ser industrializada.
También recalcó que las mejores universidades del mundo no se financian con la matrícula universitaria, sino con servicios privados o públicos, o inversiones.
Calatrava determinó, por medio de distintas investigaciones que con 75 mil millones de dólares en cinco años se pueden construir alrededor de 24 mil escuelas, formando más de 250 mil educadores y llevando el salario de los profesores al promedio de Suramérica, aproximadamente 957 dólares mensuales.
Señaló que si se ve como un gran pacto social para la educación, los ciudadanos pagarán felizmente los impuestos y las empresas estarían cómodamente alegres de invertir en educación.
«La falta de respaldo social en el tema educativo es lo que más duele, también la falta de voluntad ciudadana y voluntad política para darle el lugar que merece a la educación. Aquí se ven papás que pagan para que les hagan las maquetas a los hijos o cuando los padres abusan de su autoridad y les dicen a los profesores “a mi hijo lo pasas», dijo.
Alertó que cuando es algo constante, se habla de una real pérdida de respeto social al educador como profesional y a la educación como un proceso de generación de movilidad social ascendente.
También advirtió que se debe avanzar en la municipalización de las escuelas, asegurando que al gobierno municipal le correspondería el preescolar y la primaria.
«Hasta que no se articule la sociedad, que incluye empresas de trabajo, medios de comunicación y fuentes de trabajo, con la familia y el gobierno, no se podrá valorizar la educación y recuperar el nivel de la escolaridad. El costo laboral que va a necesitar la empresa privada para enseñarles a los trabajadores, lo que la escuela debió enseñarles, es muy grande», recalcó.
Por: Agencias / Foto: Archivo