Varios miles de menores han sufrido abusos sexuales en el seno de la Iglesia evangélica de Alemania (EKD) -la mayor organización protestante del país- desde 1946, según un estudio presentado este jueves y que busca esclarecer cómo se han gestionado estos casos.
Según los cuestionarios rellenados por las diócesis que ha recabado ForuM, el equipo multidisciplinar que ha realizado el estudio, hay 2.225 afectados y 1.259 supuestos perpetradores, de los que 511 son o eran sacerdotes.
No obstante, a nivel regional también se contabilizó otros 1.025 casos de abusos y 562 sospechosos adicionales de los que hay conocimiento pero de quienes faltan datos, por lo que los hechos no se han podido reconstruir de forma detallada.
Según el informe, más de la mitad de los afectados son varones y la edad media de las víctimas era de aproximadamente 11 años en el momento de la primera agresión..
En cuanto a los supuestos perpetradores, la edad media era de 43 años, dos tercios de ellos estaban casados y el 45 % está acusado de varias instancias de abusos.
Los datos representan sin embargo solamente “la punta de la punta del iceberg”, según dijo en una rueda de prensa en Hannover (centro) el especialista en abusos sexuales Martin Wazlawik, que coordinó la investigación.
El experto señaló que el número de casos no refleja de ningún modo la envergadura total del fenómeno, entre otras razones porque no se puede excluir que algunas actas hayan sido destruidas y porque a muchas víctimas se las instó a callar desde su entorno.
Wazlawik criticó duramente los procedimientos de la iglesia evangélica para lidiar con los abusos, que según él sólo se han abordado a regañadientes y sin la suficiente transparencia o enfoque sistemático.
“Quien hubiera querido verlo y oírlo hubiera podido verlo y oírlo”, afirmó.
Por su parte, la obispa Kirsten Fehrs, presidenta del consejo de la Iglesia protestante de Alemania, se declaró “conmocionada” por la imagen que ofrece el informe y por la “pérfida y brutal violencia con la que se cometió una injusticia inefable contra adultos, adolescentes y niños”.
Fehrs recordó que la EKD no encargó el estudio en 2020 para averiguar si acaso se habían producido casos de violencia sexual sino para analizar los factores y las estructuras de riesgo relacionados con ellos.
“Está claro: tenemos estructuras que protegen a los perpetradores”, enfatizó, para después señalar que “no se trata de casos aislados” y que “muchas cosas deben cambiar”.
Un estudio publicado en 2018 y encargado por la Iglesia Católica alemana conmocionó a la opinión pública al revelar la existencia de al menos 3.677 víctimas y 1.670 presuntos perpetradores desde la posguerra.
Por Agencia