Todo indica que la secuencia de quejas de los residentes de vecindarios cercanos a los albergues municipales, en donde están alojados miles de inmigrantes, obligará a la Ciudad a seguir tomando medidas drásticas. Incluso se confirma que está sobre la mesa aplicar un toque de queda.
Es decir, quienes están hospedados en hoteles e instalaciones de emergencia habilitados para inmigrantes, tendrían un horario nocturno límite en el cual no podrán salir de esas instalaciones.
En un comunicado difundido por medios locales, un portavoz municipal dijo que los “refugios tradicionales del Departamento de Servicios Sociales (DHS) tienen un sistema de toque de queda y algunas comunidades y funcionarios electos nos han pedido que exploremos esta opción para nuestros refugios para migrantes. Estamos considerando todas las opciones”, expone una nota de El Diario NY.
Las chispas que ha encendido este posible nuevo límite disciplinario, para los inmigrantes recién llegados, han sido las continuas denuncias de vecinos de centros de alojamiento como Floyd Bennett Field, Randall’s Island y el Centro Psiquiátrico Creedmoor.
La principal queja es que los inmigrantes, incluyendo niños, desesperados por dinero y comida, han tomado como práctica en horas nocturnas salir a tocar puertas de las residencias pidiendo ayuda.
“El frío los ha calmado”
También se han reportado escándalos en las madrugadas en las afueras de estas instalaciones, y la presencia de inmigrantes merodeando espacios residenciales a cualquier hora de la madrugada.
“Ahora el frío los ha calmado un poco, pero en el verano amanecían tomando licor en la calle, orinan en las esquinas, ponen música con ‘speakers’. Hacen escándalos con las motos. ¡Esto es un desastre!” testificó a El Diario, Rosa Tejerías, una peruana que vive cerca de un hotel, en donde están hospedados decenas de solicitantes de asilo en Long Island City en Queens.
Una serie de delitos registrados en algunos refugios, incluido el tráfico de drogas y un apuñalamiento fatal en un refugio en Randall’s Island, también ha dejado a los residentes preocupados por las situaciones cercanas a ellos.
La posibilidad fue planteada en una reunión esta semana por la concejal de Queens, Joann Ariola, quien sugirió que se aplique el toque de queda a las 10 p.m.
“Hemos hecho preguntas sobre la posibilidad de límites de horario en los refugios para migrantes. Creo que se debería establecer al igual que a las personas desamparadas. La Ciudad mostró receptividad en esta propuesta”, confirmó la legisladora local.
Asimismo, el alcalde Eric Adams ha discutido planes para instalar detectores de metales y otras medidas de seguridad en los refugios para intentar mitigar las situaciones irregulares.
Cerca de 70,000 inmigrantes se encuentran actualmente bajo el cuidado municipal, apegados a la norma local de derecho al albergue.
La posibilidad de un toque de queda surge como posibilidad a pocos días que entró en vigencia la norma de 30 días de límite de permanencia para que los hombres desalojen lo refugios y 60 días para las familias con niños.
Un inmigrante hospedado en un albergue de Queens, aseguró que los cortes de horario serían muy inconvenientes para personas que incluso ya tienen trabajo hasta la medianoche, aunque se imagina que en esos casos, existirán excepciones.
“Lamentablemente es cierto que vemos a jóvenes que están todo el día durmiendo y entonces salen en las noches no sé a qué. Aquí hay de todo. Se han reunido un grupito de malas conductas que están afectando a la mayoría que vinimos a progresar”, acotó un solicitante de asilo venezolano.
Líderes piden más apoyo
Mientras se analizan nuevas medidas de seguridad en los albergues, este viernes, líderes de la Asamblea y defensores comunitarios exigieron al estado de Nueva York un mayor financiamiento y más apoyo a las localidades que albergan y atienden a los solicitantes de asilo recién llegados. Y un compromiso para proteger más a estas comunidades vulnerables.
Las asambleístas Amanda Séptimo, Jenifer Rajkumar y Marcela Mitaynes, la reverenda Kirsten John Foy de Arc of Justice, Etsio Flores de Make the Road New York y Liz Javier del Centro de Desarrollo de la Mujer Dominicana (DWDC) crearon una alianza para exigir a la gobernadora Kathy Hochul y a los líderes estatales “un papel más destacado en el esfuerzo por apoyar a esta creciente comunidad inmigrante».
Las soluciones propuestas incluyen apoyar la legislación estatal para establecer permisos de trabajo a nivel estatal y designar un coordinador de la comunidad de migrantes.
Este grupo también habló sobre la necesidad de luchar contra la retórica de odio que ha surgido en las últimas semanas y que a veces terminan con amenazas de violencia contra familias solicitantes de asilo.
“En su discurso del Estado del Estado, la Gobernadora evitó en gran medida discutir una solución a nuestra creciente crisis migratoria y de vivienda, mientras cientos de familias se ven empujadas a las calles. Nuestro liderazgo estatal debe intensificar y aprobar leyes de vivienda fundamentales y al mismo tiempo brindar suficiente asistencia financiera a la ciudad de Nueva York, a medida que más familias llegan aquí en busca de una vida mejor”, promovió la asambleísta Marcela Mitaynes.
Por: Agencia