Los restos de la Forma Urbis, el gigantesco plano urbano de la antigua Roma esculpido hace casi dos milenios, fueron expuestos hoy por primera vez en los últimos cien años, sobre una instalación que los hará comprensibles para el visitante.
«Se trata de un vestigio excepcional y único para Roma y el mundo que hoy por primera vez puede verse de un modo inteligible», celebró en la presentación el alcalde romano, Roberto Gualtieri.
La Ciudad Eterna abrirá al público desde mañana dos lugares de excepcional valor: el Parque Arqueológico del Celio, una de las siete míticas colinas romanas, y el Museo de la Forma Urbis, que reunirá los restos de este mapa hasta ahora guardados en depósitos.
Este último museo consiste en una sala cuyo suelo ha sido cubierto por un gigantesco plano urbano de la antigua Roma sobre el que se han colocado los restos de la Forma Urbis que ya han sido identificados por los historiadores y arqueólogos.
Se reconoce, por ejemplo, la representación marmórea del Coliseo o Anfiteatro Flavio, los pequeños y laberínticos barrios formados por «insulae», los bloques de viviendas de los antiguos romanos, o la basílica Ulpia, erigida en el Foro del emperador Trajano.
La Forma Urbis es un gigantesco plano de la capital del imperio que indicaba calles, barrios, termas o templos al detalle, mandado realizar por Septimio Severo entre los años 203 y 211 d.C y que fue colgado de la pared del Templo de la Paz en el Foro Romano.
Sus dimensiones eran verdaderamente colosales: el plano, similar a los modernos, medía 18 metros de ancho y 13 metros de alto, estaba formado por 150 lastras de mármol y representaba una extensión de 13 mil 550 metros cuadrados de ciudad a una escala de 1:240.
Los expertos ni siquiera se ponen de acuerdo en su utilidad, en si tenía una función administrativa o práctica, por ejemplo, como mapa para orientar a los romanos, o meramente estética (esta última es la más probable dado que su posición era vertical).
Tras su descubrimiento en 1562, fue llevado al jardín del palacio de la familia Farnesio, donde permanecería hasta el año 1741, pero en ese tiempo muchos de sus fragmentos se perdieron, cuando no triturados para usar la piedra como material de construcción.
En 1742 lo que quedaba de la Forma Urbis pasó a formar parte de la colección de los Museos Capitolinos de Roma y desde entonces se ha podido ver en contadas ocasiones (la última exposición de este impresionante resto arqueológico fueron hace un siglo, en 1924).
Actualmente se estima que solo se ha podido recuperar una décima parte de este mapa milenario y solo 200 piezas han sido identificadas y, desde ahora, colocadas como un puzle.
Roma contará ahora con el Parque del Celio, un área frente al Coliseo y el Palatino con varios e importantes yacimientos arqueológicos, como los cimientos del templo de Divo Claudio, donde también se mostrara una colección de restos arquitectónicos y epigrafías.
Por: Agencias / Foto: Cortesía