«Usted es reconocido culpable de asesinato premeditado» declaró este jueves 21 de diciembre François Arnaud, presidente de la corte de apelación de Vesoul, en Francia. El magistrado confirmó así la sentencia de 28 años de prisión dictaminada el año pasado contra el chileno de 33 años por asesinar en Besanzón, al este del país, a su exnovia la japonesa Narumi Kurosaki a finales de 2016.
Nicolás Zepeda estaba acusado de haberla espiado durante días en su residencia universitaria y haberla asesinado el 5 de diciembre en su habitación tras una cena juntos.
El cuerpo de Kurosaki nunca fue encontrado. «La asfixió o la estranguló«, dijo el fiscal Étienne Manteaux. Según él, la “prueba central” del homicidio fueron los “gritos de mujer” que se escucharon en la madrugada del 5 en la residencia universitaria.
“Es un feminicidio”, declaró, argumentando que Zepeda no soportaba verla iniciar una relación con alguien más en Francia. Manteaux además había compartido un mensaje enviado a la víctima: “Eres mía por la eternidad”.
La defensa apuntó por su parte que podría tratarse de una muerte accidental. Pero la acusación recalcó que el chileno viajó a Francia con la intención de matarla si no lograba recuperarla, tomándola por sorpresa con esta visita. Además, tomó el celular de su exnovia y con él envió mensajes haciéndose pasar por Narumi Kurosaki, reseña la nota de la AFP.
El chileno debe indemnizar a la familia de la japonesa unos 220.000 euros, más 5.000 euros adicionales para el novio de Kurosaki en el momento de los hechos.
La defensa recurrirá la condena ante la Corte de Casación francesa, encargada de evaluar si el juicio trascurrió debidamente.