El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, recordó este jueves a Henry Kissinger, fallecido a los 100 años, como un diplomático que cambió la historia y reveló que le pidió consejos en su reciente viaje a China.
«Como secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional, Henry tomó innumerables decisiones que cambiaron la historia», escribió el actual jefe de la diplomacia estadounidense en un comunicado en el que evitó las polémicas que rodean a Kissinger.
Según Blinken, el mundo de hoy está marcado por la «huella duradera» de Kissinger, quien aportó su «perspicacia estratégica e intelecto a los desafíos emergentes» de cada década.
Es por eso, añadió, que tanto presidentes, como secretarios de Estado, consejeros de Seguridad Nacional y otros líderes han estado buscando el consejo del diplomático durante décadas.
El mismo Blinken le pidió consejos para la visita que hizo a Pekín en junio pasado, 50 años después del «viaje transformador» que hizo Kissinger a China y que puso las bases para la normalización de relaciones entre Estados Unidos y el gigante asiático.
El secretario de Estado explicó que también acudió a Kissinger para conocer su opinión sobre los retos de la inteligencia artificial, un fenómeno sobre el que el diplomático estuvo «pensando, escribiendo y aconsejando prolíficamente hasta las últimas semanas de su vida».
«Pocas personas fueron mejores estudiantes de historia y aún menos personas hicieron más para darle forma a la historia que Henry Kissinger», concluyó Blinken.
Henry Kissinger, el diplomático más influyente de la segunda mitad del siglo XX, falleció el miércoles a los 100 años en su residencia de Connecticut, informó su empresa de consultoría.
Fue consejero de Seguridad Nacional de 1969 a 1975 y secretario de Estado de 1973 a 1975 en los gobiernos de Richard Nixon y Gerald Ford.
Kissinger fue el artífice de la normalización de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China, buscó la distensión con la Unión Soviética y recibió el premio Nobel de la Paz en 1973 junto a su homólogo vietnamita Le Duc Thuo por sus negociaciones secretas para acabar con la guerra de Vietnam.
Pero también será recordado por su respaldo a dictaduras latinoamericanas como la de Argentina entre 1976 y 1983, su apoyo al golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile en 1973 y por los bombardeos de Camboya de 1969, por los que ha recibido acusaciones de «criminal de guerra»