Hasta este año, Brasil nunca había perdido tres partidos consecutivos. La Selecao tampoco había caído de local en las eliminatorias del Mundial. Siempre había derrotado a la visitante Venezuela, por muchos años la selección más débil de Sudamérica.
El técnico interino Fernando Diniz, sin embargo, ha tenido que sufrir todos esos tropiezos en unos cuantos meses en el puesto. Al mismo tiempo, Brasil aguarda por la llegada de Carlo Ancelotti, ahora al mando del Real Madrid.
Las vicisitudes de Diniz y la falta de una respuesta definitiva por parte de Ancelotti tienen en apuros a una selección brasileña, cuya clasificación al Mundial de 2026 — expandida a 48 equipos — se da por hecho pese a la derrota 1-0 ante Argentina el martes.
Los seis primeros del clasificatorio de Sudamérica acceden directamente al torneo que se jugará en Estados Unidos, México y Canadá. El séptimo podrá disputar un repechaje intercontinental.
Brasil, el único equipo que nunca se ha perdido un Mundial, apenas ganó tres de nueve partidos en 2023 — la peor producción de la Verdeamarela en mucho tiempo. Los pentacampeones cerrarán el año en el sexto puesto de las eliminatorias, con siete puntos en seis encuentros, ocho detrás del líder Argentina.
El nivel ha sido igual de desteñido.
Muchos expertos brasileños aseguran que los problemas de la selección este año obedecen a que Diniz ha tenido escaso tiempo para lograr que los jugadores asimilen sus ideas. Diversas lesiones y el flojo nivel de varios titulares también han incidido en la mala racha.
Diniz, de 49 años, asumió en julio y alternó su trabajo con la selección y el club brasileño Fluminense. Ello ha irritado a ciertos sectores de los torcedores del club y de la selección. Su estilo ofensivo cuenta con muchos admiradores, más tras sacar campeón al Flu en la Copa Libertadores a comienzos de mes.
El entrenador interino no es devoto del juego posicional a diferencia de su predecesor, Tite, quien se marchó tras una etapa de seis años luego de la eliminación en los cuartos de final del Mundial ante Croacia. Diniz no es partidario de desplegar a sus jugadores en la cancha y prefiere concentrarles detrás del balón para abrumar al rival.
El problema para Brasil es que esa fórmula lleva tiempo para dar frutos, tal como ocurrió con Fluminense. Si los equipos rivals mueven el balón con suficiente rapidez, encontrarán a un hombre desmarcado en algún momento.
Es algo que le ha ocurrido a Brasil en varios cotejos de la eliminatoria.
Pocos jugadores brasileños que vienen de las ligas europeas han entendido lo que quiere el técnico de ellos.
“Tenemos un estilo diferente al que teníamos con Tite”, afirmó el miércoles le zaguero brasileño Emerson Royal. “No es fácil jugar así. Pocos equipos en el mundo pueden hacer eso. Lo que Diniz intenta hacer con Brasil es muy difícil de conseguir”.
Royal, uno de los jugadores que se llevaron más abucheos del público en el estadio Maracaná el martes, durante la derrota ante Argentina, es otra parte de los problemas que ha tenido la Canarinha este año. El lateral derecho figura entre los jugadores que mostraron dificultades para tener un buen desempeño tanto con su club como con la selección, pero ha seguido alineando de inicio con Brasil ante las lesiones que han restado alternativas.
Ése es también el caso de los defensas Marquinhos y Magalhães; del lateral izquierdo Renan Lodi; del mediocampista Bruno Guimaraes y del atacante Raphinha. Para colmo, Brasil ha perdido a algunos de sus mejores futbolistas por lesiones, como en el caso de los titulares Neymar, Casemiro y Vinicius Junior.
“Si yo estuviera ahí, pienso que habríamos generado problemas para ellos”, dijo Neymar en las redes sociales, en referencia a los argentinos.
Los siguientes duelos de la eliminatoria se llevarán a cabo en septiembre, tras la Copa América que se disputará en Estados unidos. La larga inactividad dará tiempo para que el equipo recupere a algunos de sus jugadores.
Habrá también oportunidad de maduración para delanteros promisorios, como Vitor Roque, recientemente lesionado, quien firmó con el Barcelona, y para el adolescente sensación Endrick, quien se incorporará al Real Madrid el año próximo.
Los críticos tendrán que esperar hasta los primeros partidos amistosos de 2024 para ver si se han aprendido algunas lecciones. Brasil jugará en Europa ante Inglaterra y España, en preparación para la Copa América.
Hasta entonces, el estratega brasileño tendrá que lidiar con el enojo de los aficionados.
“El hecho de que nuestros seguidores corearan ‘olé’ cuando Argentina tocaba la pelota fue demasiado”, consideró Diniz tras la derrota. “La amargura por el hecho de que el equipo no gana es absolutamente comprensible. Necesitamos soportar los silbidos y la presión”.
Por: Agencia