Los prisioneros de dos cárceles en Finlandia ahora pueden hacer otro tipo de “trabajo penitenciario” muy diferente al visto hasta hace unos años. Los tiempos cambian y los avances en tecnología también llegan a prisión y, por ese motivo, una startup (empresa) llamada Vainu colabora desde 2019 para reinsertar a presos a través de clasificar datos para el entrenamiento de algoritmos de inteligencia artificial.
Uno de los cofundadores de Vainu, Toumas Rasila, señalaba para The Verge que la empresa pagaba a personas a través de Mechanical Turk, un servicio para contratar a personas que trabajan desde casa. Su labor consistía en leer artículos de negocios de Internet y etiquetar, por ejemplo, si uno va sobre Apple o una compañía de frutas cuyo nombre es manzana en inglés.
Sin embargo, con el finlandés iba a resultar más complicado echar mano de Mechanical Turk. Da la casualidad que las oficinas de la startup estaban en el mismo edificio que la sede de Agencia de Sanciones Penales que supervisa las prisiones de Finlandia. Fue entonces cuando se les ocurrió recurrir al trabajo penitenciario, detalla 20 minutos.
Desde principios de 2019, Vainu comenzó a colaborar con dos prisiones del país: una ubicada en Helsinki y otra en Turku. Para poder realizar los trabajos, la startup envió 10 ordenadores a las cárceles y mandaba dinero a la Agencia de Sanciones penales por cada tarea completada por los presos.
Según explicaba Rasila, el dinero que mandaban a la entidad era el mismo que hubiesen pagado a un usuario que realizase una tarea en Mechanical Turk (aunque la agencia es responsable de gestionar cuánto de eso iba a los reclusos), por lo que con esta medida no era ahorrar más. Además, colaboran con las conocidas como ‘prisiones abiertas’ de Finlandia, que destacan por apostar por una reinserción en la que los reclusos viven y trabajan e incluso se formen profesionalmente, como ciudadanos normales, para prepararse para el regreso a lo que hay fuera.
Vainu no está sola
La incursión del trabajo penitenciario para entrenar IA en Finlandia fue cosa de Vainu, pero hoy en día no es la única startup en hacerlo. Una presa que se hace llamar Mermalade es una de las trabajadoras de una de esas cárceles que se encarga de entrenar IA. Ella lo hace para Metroc, una firma finlandesa que está detrás de un motor de búsqueda enfocado en ayudar a las empresas de construcción a encontrar proyectos de construcción recién aprobados.
En Wired, señala que cobra 1,54 euros por hora, con turnos de tres horas. Su labor consiste en responder a preguntas planteadas por una IA sobre el contexto de algunos párrafos. «¿Se refiere a una decisión inmobiliaria en lugar de una solicitud?», es una de las preguntas que la IA hace sobre un texto que la reclusa tiene que leer. «Es un poco aburrido» y no está muy segura del propósito de ese ejercicio, asegura.
Mermalade está desde hace cuatro meses en la cárcel de Hämeenlinna. Según Wired, esta prisión no es una de las prisiones abiertas características del país. El edificio es moderno, con grandes ventanales y pinturas en los pasillos, pero cuenta con «pesadas puertas de seguridad grises que bloquean cada entrada y salida».
Hämeenlinna es la institución de mayor seguridad de Finlandia que alberga únicamente a mujeres. Mermalade cuenta que tras mujeres tenían que levantarse e ir a trabajar cada mañana con turnos de seis horas por los que recibían 6 euros, y el trabajo de IA le pareció una mejor idea. En su caso, no obtiene beneficios por cada tarea que realiza, sino por horas trabajadas.
Por: Agencias / Foto: Cortesía