viernes, noviembre 22

Otro año del 4F

Recordamos este jueves una fecha que todavía está y va a estar por mucho tiempo, en discusión, en relación a sus motivaciones, participantes, objetivos y razón válida de su realización. Fecha esta, ya cercana a los 30 años, que nos obliga para vincular aquellos eventos con el presente.

Nos obliga, fundamentalmente a quienes pensamos y dimos origen al núcleo inicial del Movimiento Bolivariano, a quienes participamos activamente en la preparación y en la realización de aquella jornada, para reflexionar, en cualquier espacio en que estemos, con nuestro criterio que justifica y la valida frente a los ciudadanos que la condenan y señalan.

Particulares son las circunstancias de aquellos años. Irrepetibles los eventos de manera idéntica. Pero debemos todos recordar que la inmensa mayoría del país se sintió amarrada con el sentimiento de los militares Bolivarianos que amanecimos con nuestras armas en la calle aquella madrugada, después de años de riesgos, de discusión, de debates y organización.

Sin duda que una primera razón para ese amarre emocional del común venezolano con los rebeldes del 4f, fue sentir que algo pasaba para su bien, para mejorar sus condiciones de vida. Eso lo percibí claramente esa misma noche y madrugada con los soldados que nos acompañaron en el Cuartel Libertador de Maracaibo. Consciencia sencilla y simple de pueblo, identificación con sus propios anhelos internos de siempre.

Anhelos de igualdad, libertad, cese de la opresión, búsqueda de justicia, de respeto a su dignidad. Esos sentimientos podemos decir que son sagrados en la más profunda interioridad del ser venezolano. Sentíamos que los estaba violando la dirigencia de entonces, que jugaba con ellos, que manipulaba y engañaba. Por eso la expresión de alegría, de libertad, en los «alzados» y la identidad popular con ellos.

Las motivaciones, los ideales, seguramente que eso, expresado por Chávez y por los voceros del movimiento, tenía un común denominador: idealismo y entrega plena que excluían personalismos, beneficios materiales, poder sobre los otros. Que rescataba con la vida y el nombre de venezolanos arraigados en el colectivo, la originalidad, y pensar como nosotros para nuestra superación como personas y como nación, como Simón Rodríguez.

Con Simón Bolívar levantamos, acercamos a nosotros las ideas adormecidas de libertad, de soberanía, de independencia y de vida comprometida con los hermanos de otras patrias Con Ezequiel Zamora, el pueblo de a pie y descalzo, derrotando con sus luchas la dominación y la imposición para construir igualdad, derecho al trabajo, cese se la opresión. Son 29 años de esos eventos que recordamos.

¿Cómo en la práctica y dónde estamos podemos ayudar para concretar esa patria, ese estado de cosas que el pueblo vislumbró como posibilidad en la ruptura que provocaron los militares rebeldes del 4F.?

Posiblemente esta sea la razón más importante de las reflexiones de este día. Nos corresponde desde cualquier espacio ayudar y aportar a quien tiene en los hombros la tarea de dirigir este momento: Nicolás Maduro.

El mandato de Chávez para que apoyemos a Nicolás tiene la certeza de que va decantando el movimiento hacia el sector civil, a quien corresponde el ejercicio del poder ciudadano, sin dejar de lado el binomio cívico-militar indispensable para avanzar en la construcción de la patria que venimos pariendo entre sueños, entrega, sacrificios, inconsciencias y esperanza, Luego, arriesgo opinar que Chávez, al indicarnos a Nicolás, pensó en los trabajadores y su papel esencial en la construcción de una sociedad justa e igualitaria. Finalmente en el ser humano y sus condiciones que trabajó de cerca con su esencia de maestro que le apasionaba tanto.

Que la revolución bolivariana pueda consolidarse y ser irreversible, tiene que ver con que captemos plenamente el momento que nos corresponde a 29 años del 4F. Levantar con fuerza los principios de dignidad, honestidad a toda prueba, ejemplo de vida, entrega a la causa de nuestro pueblo.

Es grande el esfuerzo que nos corresponde para construir en principios esa patria que es un sueño, que pensó reviviendo a Bolívar y sus saldados una noche antes de Carabobo, César Rengifo, que con tanta pasión nos leía Chávez…» Aquí nos sembraremos compañeros, aquí nos sembraremos para que nazca una patria como un sueño…»

Por Francisco Arias Cárdenas / fariascardenas@gmail.com