El gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, denunció la presencia de estructuras de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como narcotraficantes del Clan del Golfo y paramilitares que operan en la frontera entre Colombia y Venezuela.
Ambos países comparten una porosa frontera de más de dos mil 200 kilómetros, donde «operan 12 estructuras del Ejército de Liberación Nacional (ELN), tres de las disidencias de las FARC, una del Ejército Popular de Liberación (EPL), tres del Clan del Golfo», declaró a periodistas Freddy Bernal, gobernador del estado de Táchira, durante una operación de seguridad en la zona.
Bernal indicó que también actúan «45 grupos paramilitares instalados en el Norte de Santander (fronterizo con Táchira) y que intentan tomar la frontera», además de «26 grupos delictivos del Tren de Aragua», una banda delictiva venezolana que extendió sus tentáculos a Colombia y otros países de América Latina.
Unos mil 300 efectivos, entre militares y policías, fueron desplegados en el pueblo de Ureña, fronterizo con la ciudad colombiana de Cúcuta, donde se registra una «disputa por el control de territorio» entre estos grupos, añadió el responsable.
Bernal acompañó la operación junto a jefes del Ejército y la policía venezolana, detalla AFP.
Soldados a bordo de tres vehículos blindados, con cintos de balas cruzados sobre sus pechos, patrullaban el pueblo. Los efectivos también tomaron pasos ilegales llamados «trochas», donde transitan miles de personas de ambos países, y estas bandas criminales cruzan millones de dólares en contrabando.
«Han intentado dañar la paz y la tranquilidad que con mucho esfuerzo tenemos aquí en la frontera», añadió Bernal.
En la operación fueron abatidos tres hombres.
Esta operación se realiza pocos días después de una reunión entre los ministros de Defensa de ambos países en el que reafirmaron su compromiso de combatir grupos irregulares en la frontera común.
Ambos países han entablado un proceso de reanudación de relaciones que comenzó en agosto pasado con la llegada al poder del primer presidente izquierdista de Colombia, Gustavo Petro.
Colombia sufre los estragos de conflicto armado que no se extingue después de más de medio siglo, pese a la desmovilización de miles de combatientes de la guerrilla FARC tras la firma de la paz en 2016.
Por: Agencias / Foto: Cortesía