La Escuela de Psicología de la UCAB presentó los resultados de una encuesta nacional que retrata 14 dimensiones psicosociales de los venezolanos. La investigación determinó que las mujeres, las personas mayores de 65 años y quienes tienen menor nivel educativo son los más vulnerables.
Contradictoria y compleja. Así describe la situación psicosocial de la población venezolana la encuesta Psicodata Venezuela, realizada por la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y presentada este miércoles 1 de marzo en la sede de la institución, en Montalbán.
El estudio, de carácter nacional y único en su tipo, fue levantado entre diciembre de 2022 y enero de 2023, a partir de entrevistas a una muestra representativa de mil 500 adultos que participaron en la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), de todos los estratos sociodemográficos y todos los estados del país.
El objetivo de la investigación, según expone el informe, fue identificar y analizar las debilidades y fortalezas psicosociales de la población venezolana, con especial énfasis en las dimensiones asociadas a la llamada «vulnerabilidad psicosocial», es decir, esos factores individuales y relacionales que modulan las conductas de las personas ante entornos especialmente hostiles o difíciles y que “afectan o influyen en la probabilidad de sufrir problemas de salud física o psicológica”.
Partiendo de esto, la encuesta abordó 14 áreas: satisfacción personal subjetiva, duelo, dificultad para identificar y expresar emociones, malestar psicológico y físico, confianza en el otro, inadecuación social, sentido de control personal, fuentes de estrés, dificultades en habilidades cognitivas, apoyo social percibido, deseo de participación, afrontamiento religioso, afecto negativo (preocupación, tristeza y rabia) hacia el país y bienestar subjetivo, detalla Mundo UR.
“Psicodata ofrece información confiable para crear y mejorar programas de intervención, con base en la sistematización del efecto país en la salud mental de la población venezolana”, apunta el estudio en su documento de presentación.
De la desconfianza al duelo: la vulnerabilidad en datos
El estudio indagó en el impacto que han tenido situaciones como la pandemia, la crisis socioeconómica y la emergencia humanitaria compleja en la psique del venezolano.
Entre otros hallazgos que denotan vulnerabilidad, Psicodata Venezuela encontró que para 81 por ciento de la población, es decir, para ocho de cada 10 habitantes del país, no se puede confiar en la mayoría de las personas. Estos resultados, apunta el informe, se asocian “con tendencias a aceptar prácticas autoritarias de gobierno y con baja calidad de capital social”.
Adicionalmente, 90 por ciento siente preocupación ante la situación nacional, 79 por ciento afirmó sentir rabia por saber a dónde ha llegado Venezuela y a 73 por ciento le entristece pensar en el futuro de la nación. Cuatro de cada 10 aseguraron que, con frecuencia, su estado de ánimo se ha ido deteriorando por estas razones. En promedio, el venezolano tiene un nivel medio de afecto negativo.
Para seis de cada 10 personas (64%), la principal fuente de estrés son los problemas económicos. Como era de esperarse, “para los pobres el problema económico es más estresante (68%) que para los no pobres (61%)”, apunta el estudio.
El duelo asociado a la muerte o el éxodo masivo de venezolanos también está afectando la estabilidad emocional y personal de quienes se quedan.
Según la encuesta, siete de cada 10 perdieron a un ser querido en los últimos dos años, de los cuales un tercio (34%) manifestó no haberse recuperado para retomar la cotidianidad. Por su parte, 75 por ciento indicó que en los últimos dos años ha experimentado la falta de familiares y amigos cercanos debido a la migración; de este grupo, 34 por ciento afirmó que le ha costado retomar su cotidianidad después de experimentar esta ausencia y 29 por ciento mencionó que su salud se ha deteriorado. “Esto es más frecuente en mayores de 65 años (40.1%) y en las mujeres (32%)”, menciona el informe.
Respecto al malestar físico y psicológico, el nivel de vulnerabilidad es medio. Casi un tercio (28%) de los encuestados indicó que siempre o casi siempre su capacidad de logro está limitada por no sentirse bien físicamente; 35 por ciento sugirió que no vale la pena seguir luchando porque “son siempre los vivos los que ganan”; 49 pro ciento ha conseguido poco progreso en el logro de sus metas personales y 46 por ciento agregó que no vale la pena planificar porque las cosas son cuestión de suerte.
La población no está clara en la identificación y expresión de sus propias emociones: mientras 54 por ciento declaró dificultad en expresar lo que siente acerca de otras personas, a 51 por ciento le cuesta encontrar palabras para definir sus sentimientos, 48 por ciento se siente confusa con las emociones que siente y 45 por ciento reconoció tener sentimientos que le cuesta identificar.
Las memoria y concentración, capacidades cognitivas, también están siendo afectadas: 40 por ciento afirma tener problemas para atender y concentrarse, 38 por ciento destacó que le está costando mucho recordar las cosas, mientras 35 por ciento apuntó que se le dificulta comprender información escrita y 31 por ciento destacó que se le está haciendo difícil expresarse de forma escrita.
La otra cara: el venezolano se siente bien consigo mismo
Pese a las debilidades psicosociales identificados, los investigadores de la UCAB encontraron varios ámbitos en los que los venezolanos se encuentran satisfechos y que pueden calificarse como fortalezas.
Por ejemplo, la gran mayoría (78%) está contenta con cómo resultó su vida tras repasar su historia. De hecho, 76 por ciento reportó que es muy cercana a su ideal, 73 por ciento afirmó haber conseguido cosas importantes, aunque ese mismo porcentaje cambiaría algo de sí mismo si tuviera oportunidad.
En cuanto al bienestar subjetivo, es decir, en qué medida la persona está a gusto con la vida que tiene, 42 por ciento se ubica en el peldaño ocho al 10. Solo un tercio de la población (31%) se siente decepcionada con sus logros.
La mayoría de los venezolanos percibe un alto sentido de control personal: 82 por ciento de los encuestados aseguró ser capaz de trabajar eficientemente con metas a largo plazo, más de la mitad (57%) declaró sentirse parte importante de la solución de los problemas de su comunidad y 54 por ciento se identifica como responsable de lo que pasa a su familia.
Los deseos de participación comunitaria y social también se mantienen, pese a la crisis. Seis de cada 10 encuestados (59%) destacaron tener ganas de participar en actividades sociales o políticas. Esta intención es mayor entre quienes viven en condiciones más precarias. “Los pobres son quienes manifiestan mayor deseo de participar (77%)”, resalta el documento.
Aunque la mayor parte de los venezolanos encuentra en la fe y la religión un aliado (80% reconoció rezar cuando enfrenta problemas), según Psicodata la población valora las redes de apoyo de su entorno en situaciones difíciles, especialmente la familia: 67 por ciento recurre a sus familiares para solicitar ayuda y tres de cada 10 buscan a sus vecinos. Sin embargo, solo el nueve por ciento acude a instituciones sociales, políticas, religiosas o deportivas cuando de solicitar auxilio se trata, lo que advierte la desconfianza percibida respecto a la capacidad de las instituciones.
Prestar atención a los grupos vulnerables
A partir de los hallazgos, los investigadores de Psicodata Venezuela determinaron que las mujeres, las personas mayores de 65 años, los jóvenes de 18 a 24 años y quienes tienen menor nivel educativo representan los grupos más vulnerables desde el punto de vista psicológico.
Entre otros asuntos, las mujeres presentan mayor malestar físico y psicológico. El 45.7 por ciento de ellas considera que su ánimo se ha deteriorado y 38 por ciento que su salud ha desmejorado. Uno de cada 2 mujeres reportó dificultad para atender y concentrarse. El estudio encontró que este grupo tiene mayor dificultad en identificación y expresión emocional, así como una tendencia a autoevaluarse ligeramente más bajo que otros grupos en habilidades cognitivas.
Los adultos mayores, por su parte, se perciben con menor sentido de control personal (es decir, tienen pobres juicios sobre su propia disciplina, organización y responsabilidad personal) y con mayor deterioro de sus habilidades cognitivas. También reportaron mayor dificultad para comprender (45.6%) y para expresarse de forma escrita (42%). Además, identificaron tener más trabajo para expresar lo que sienten acerca de otras personas.
En cuanto a los jóvenes entre 18 y 24 años, estos son quienes presentan mayor nivel de inadecuación social, es decir, tienen un mayor deterioro en la capacidad para procesar información proveniente del entorno y responder adecuadamente a ella. También son los que, junto con los adultos mayores, se perciben con menor sentido de control personal.
}Finalmente, las personas sin nivel educativo y con primaria incompleta tienen menor bienestar subjetivo. Además, uno de cada dos (55%) tiene problemas para atender y concentrarse, así como para expresar sus emociones e identificarse. 43.6 por ciento reportó que el malestar psicológico limita sus capacidades y 46 por ciento afirmó que sobrevivir implica adaptarse a lo que hay.
Qué hacer: construyendo fortalezas contra la vulnerabilidad
La investigación deja claro que, “al adentrarse en el estudio de las características psicológicas de los venezolanos, el principal rasgo que sobresale es su complejidad y la presencia de elementos aparentemente contradictorios en su seno”. Menciona que la preponderancia de los factores positivos o negativos, en medio de esta contradicción, “va a depender del tipo de reforzamiento que reciban tanto los elementos psicológicos que pudieran apuntar al desarrollo de defensas ante el riesgo de una mayor vulnerabilidad, como los que, de continuar siendo estimulados y no combatidos, contribuyan a que ésta última se acreciente”.
Por eso, los responsables del estudio recomiendan “generar antídotos de orden psicológico”, desde el ámbito de las políticas públicas y de la organización social e institucional, a través de los cuales se puedan conformar “auténticas fortalezas de defensa contra la vulnerabilidad psicosocial y sus consustanciales consecuencias psicológicas en la población”, concluye el informe.
Por: Agencias / Foto: Cortesía