jueves, octubre 31

Familiares del bebé migrante asesinado en Trinidad y Tobago esperan pronunciamiento de la CIDH

Han pasado 12 meses luego que la Guardia Costera de Trinidad y Tobago, abriera fuego contra una embarcación sin razón alguna, dado los testimonios de testigos y de la madre del bebé Yaelvis José Santollo Sarabia, quien resultó muerto por un disparo de proyectil por parte de los funcionarios.

Esta noticia se viralizó por el mundo y luego además del homicidio del bebé, las autoridades del Gobierno de Trinidad y Tobago continúan incumpliendo las obligaciones de garantizar los derechos humanos de las víctimas y en general de los migrantes venezolanos.

Darielvis Sarabia, la madre del pequeño, quedó gravemente herida en su brazo izquierdo y como consecuencia de la trayectoria de la bala, le dio muerte inmediata a su bebé Yaelvis Santollo Sarabia, publica el Periódico del Delta.

Hasta la fecha 12 meses después no ha habido ningún pronunciamiento sobre este caso. No hay responsables, mientras la madre de Yaelvis clama justicia por la muerte de su hijo.

La Fundación Privada Derechos Humanos con DR, CORP, Non profit con sede en Orlando Florida, representada por las abogadas Damarys Rangel y Karla Henríquez, Defensoras de Derechos Humanos, quienes lograron brindar asistencia legal con sus colegas aliados del bufete de abogados representado por Criston J. Williams de Trinidad y Tobago, pro-bono.

Así mismo, esperan el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), ente Internacional que conoce el caso desde el día 06/04/2022 la “SOLICITUD DE MEDIDA CAUTELAR DE PROTECCION” a favor de DARIELVIS ELIANNYS SARABIA MORILLO, YERMIS JOSÉ SANTOLLO Y DANNA ISABELLA SANTOLLO SARABIA, con el objeto de proteger la vida, la integridad física y psicológica de la familia mencionada, reseña el medio deltano.

Habla la madre

Darielvis Sarabia la joven madre deltana a sus apenas 22 años, le tocó la dura experiencia de ver morir a su hijo en brazos. Yaelvis de apenas 1 año, un pequeño que todavía lactaba se había quedado dormido en el regazo de su mamá.

Narra Darielvis a un año de esta experiencia el horror vivido desde el momento que la embarcación es objeto de una balacera, sin haber dado voz de alto.

Ella sintió y describe el momento en que ella y el bebé son alcanzados por el proyectil, como la explosión de la cabeza del pequeño.

“Cuando la costera nos alcanza y se dan cuenta de lo que hicieron, se llevan las manos a la cabeza y me suben a la embarcación. Sentía candela en mi brazo, todos los que se acercaron tenían aliento de alcohol”, reseña El Periódico del Delta.

Ya en tierra destaca los malos tratos de la policía. En el hospital de Sangre Grande fue esposada desnuda del brazo herido a una cama. Después de operada es sacada del hospital «supuestamente» a declarar y se le abre la herida del brazo.

Darielvis cuenta ahora, fuera de Trinidad y sin el temor de ser seguida por nadie, que durante su permanencia en la isla directora de la Casita Spanic les decía que no hablaran, que ellos no tenían derecho a nada y piensa que su actuación entorpeció la protección que esta familia necesitaba. En el acta realizada en la embajada aparecen como ingresados a Trinidad el 8 de febrero cuando en realidad fue el 6.

Hoy Darielvis, Danna y Yermis no tienen con ellos a Yaelvis. Desde Canadá reasentados tratan de curar sus heridas emocionales, porque lo vivido «no lo olvidarán tan fácilmente».

Por: Agencia