El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, destituyó este miércoles a su ministro de Comunicaciones, el diputado Fábio Faria, a solo 11 días del fin de su Gobierno, el 1 de enero, cuando Luiz Inácio Lula da Silva asumirá su tercer mandato como jefe de Estado de Brasil.
El decreto de destitución del titular de Comunicaciones, que fue un importante aliado del líder ultraderechista, fue publicado hoy en el Diario Oficial de la Unión, lleva la firma del mandatario y tan solo aclara que su salida del Gabinete fue solicitada por el propio ministro.
A diferencia de casos semejantes, el decreto no nombra a un sustituto, por lo que se prevé que el actual secretario general del Ministerio ejercerá como interino hasta el final del Gobierno, reseña EFE.
Faria, que ejerce un mandato como disputado federal desde 2007 y fue reelegido en tres oportunidades, se licenció como legislador para asumir como titular de Comunicaciones en junio de 2020, desde cuando se convirtió en uno de los ministros más próximos al líder ultraderechista.
El ministro, incluso, se desvinculó del Partido Social Democrático (PSD) en marzo pasado luego de que esta formación se abstuviera de apoyar la campaña con la que Bolsonaro intentó la reelección en los comicios ganados por Lula en octubre.
Desde marzo está afiliado al también conservador Partido Progresistas (PP), formación que sí apoyó las aspiraciones de reelección del jefe de Estado pero que actualmente negocia un posible respaldo al Gobierno de Lula.
Su decisión de concentrarse en la campaña política del presidente lo obligó a desistir de disputar las elecciones legislativas de octubre, por lo que no volverá al Congreso el próximo año.
Faria se desempeñó como uno de los coordinadores de campaña del jefe de Estado pero terminó divergiendo con otros colaboradores de Bolsonaro en torno a estrategias de campaña.
El ministro llegó a denunciar que algunas radios estaban perjudicando la campaña electoral del mandatario por no divulgar su propaganda política obligatoria pero después se dijo arrepentido de esta estrategia con la que los bolsonaristas pretendían poner en duda la lisura de las elecciones en Brasil para pedir su aplazamiento.
Por: Agencia