Tras cuatro años de negociaciones difíciles, diez días y una noche maratónica de diplomacia, más de 190 Estados lograron un acuerdo bajo el mandato de China, presidente de la COP15, y pese a una oposición de la República Democrática del Congo. Así, los países de todo el mundo han acordado detener la destrucción de la biodiversidad y sus recursos indispensables para la humanidad.
El domingo por la noche, los países participantes de esta Cumbre, se acercaban a un compromiso para proteger mejor la biodiversidad del planeta, tras los avances en las zonas protegidas y el desbloqueo de nuevos medios financieros. Sin embargo, quedaban varios puntos en discusión, algunos países del Sur pedían cada vez más financiación y los países ricos negociaban para aumentar ciertas ambiciones.
Uno de los objetivos principales de este acuerdo es proteger el 30 % de la tierra y los mares para 2030.
Para Brian O’Donnell, director de la ONG Campaign for Nature, 30 % como objetivo es «el mayor compromiso de la historia con la conservación de los océanos y la tierra«.
«La conservación a esta escala le da una oportunidad a la naturaleza. Si se aprueba, las perspectivas para leopardos, mariposas, tortugas marinas, bosques y poblaciones mejorarán notablemente«, agregó.
Expertos han asegurado que el llamado objetivo «30×30» es el equivalente para la naturaleza de la meta histórica de 1,5 °C de calentamiento global del Acuerdo de París. Significa, además, un gran avance, pues el acuerdo anterior, suscrito en Japón en 2010, estableció esos números en 17 % y 10 %, respectivamente.
Sin embargo, la ONG Avaaz consideró, no obstante, que 30 % «no es suficientemente ambicioso pues consideran que esa cifra ya se cumplió» de hecho por la labor «no reconocida» de los pueblos indígenas y las comunidades locales, recalcó la ONG en un comunicado, en el que llamó a apostar por un 50 %.
El acuerdo también menciona el resguardo de los pueblos indígenas, guardianes del 80 % de la biodiversidad de la Tierra, una demanda ampliamente reclamada por representantes de estas comunidades en la cumbre.
Por su parte, los científicos advierten que el tiempo apremia: el 75 % de los ecosistemas están alterados por la actividad humana y más de un millón de especies están en peligro de extinción.
Con la firma de este acuerdo, este marco debería suceder al plan de diez años firmado en Japón en 2010, que no logró casi ninguno de sus objetivos, un fracaso atribuido a la falta de mecanismos de seguimiento.
Este «pacto de paz con la naturaleza», que el planeta necesita urgentemente para detener la destrucción de la biodiversidad y de sus recursos indispensables para la humanidad, viene a reforzar las resoluciones adoptadas al término de la COP 27 en noviembre en Egipto.
Por: Agencia