El destituido presidente peruano Pedro Castillo fue conducido este miércoles al penal de Barbadillo, en el distrito limeño de Ate. Allí mismo está recluido el expresidente Alberto Fuijimori, quien cumple su condena de 25 años de cárcel.
Castillo fue conducido en medio de un fuerte resguardo a un cuartel policial en el distrito del Rímac. Desde allí abordó un helicóptero que lo llevó al penal de Barbadillo, como se conoce a la prisión policial ubicada en la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (Diroes).
Según pudo constatar EFE, Pedro Castillo salió esposado de la Prefectura de Lima.
Detenido por rebelión y podría recibir una pena de hasta 20 años de cárcel
Paola Villar, periodista y editora en Perú para Bloomberg Línea, expresó que la destitución de Castillo “es un evento sin precedente, pero que recuerda al 92, el autogolpe de estado de Fujimori”.
“Castillo está detenido por rebelión y podría recibir una pena de hasta 20 años de cárcel” aseguró Villar acerca de la detención del expresidente peruano el pasado miércoles.
Agregó que “Castillo está detenido por una estrategia que no se entiende” y afirmó que “es importante reconocer que Castillo no perdió el respaldo del pueblo, hay gente que sigue identificada por él”.
“Ayer vimos un intento fallido de autogolpe de estado y una vacancia presidencial aprobada por el congreso, con una estrategia que no se entiende ya que tenía más reputación que el congreso”, indicó la periodista en entrevista con Shirley Varnagy.
Lucas Ghersy, abogado y docente universitario de Perú recalcó que “Pedro Castillo no ha sido un presidente popular en Perú, no ha contado con un apoyo significativo en su gobierno”.
“La intentona de golpe no pudo quebrar la voluntad del Perú, prácticamente la mayoría de los ministros renunciaron frente a este señor”, dijo.
Ghersy expresó también que “había múltiples denuncias en contra de Castillo, la mayoría alrededor de sobornos y corrupción”.
Por: Agencias / Foto: Cortesía