viernes, noviembre 22

María Rodríguez, la primera venezolana certificada como piloto de dron: Hay que ver los obstáculos como oportunidades

La historia de María Alejandra Rodríguez está llena de retos, los cuales algunos de ellos fueron impuestos en su propio hogar, pero eso lejos de alejarla de sus objetivos y metas solo la impulsaron más a seguir adelante con lo que quería. Hoy, además de ser una profesional de la Ingeniería y ser la copropietaria de una empresa, cuenta con el título de piloto de dron certificada, lo que la hace ser la primera mujer en Venezuela con esta certificación.

En conversación con Foco Informativo contó que estudió en la Universidad de Carabobo Ingeniería Eléctrica, no porque fuera fácil, sino porque era la mención más difícil de esa casa de estudios.

“Mi papá me puso un reto. Me dijo que yo no podía estudiar ingeniería porque era muy difícil para mí. Comencé a investigar y conseguí que la ingeniería más difícil que daban en la universidad era la Ingeniería Eléctrica y es así como decidió qué estudiar”.

Comentó que desde pequeña, en su casa en San Fernando de Apure, la enseñaron a remar contra la corriente y a esforzarse por cada cosa que quería en la vida. Le inculcaron a voltear las dificultades a su favor ya que el camino hacia el título universitario no estuvo libre de trabas como ser la única mujer de su salón. “La idea es ver el obstáculo como una oportunidad y seguir adelante”.

También la encaminaron a cofundar su empresa junto a su socio: Dron Pixel, luego de pasar una temporada en una constructora.

“Hace como seis años, aproximadamente, conozco a mi socio. Él venía llegando de EEUU y había visto unos drones y me dice: ‘Yo tengo un dron. Sé que lo podemos utilizar para ingeniería, pero no sé cómo’”.

María Alejandra en ese momento trabajaba como gerente de obras por lo que tenía el terreno y las obras, mientras él tenía el dron. “‘Le dije: vamos a unirlo y a ver que sale’. Así surge Dron Pixel. Ahora somos una empresa de ingeniería que utiliza drones como herramientas para resolver los problemas disminuyendo el riesgo en un 99 por ciento y ofrecer soluciones 60 por ciento más efectivas, en menor tiempo, y en 30 por ciento con menos costos”.

Hoy esa empresa hace inspecciones en torres de telecomunicaciones, líneas eléctricas, construcción y agricultura en general.

El camino a la certificación

Hasta ese momento era el socio de María Alejandra el único de los dos que sabía controlar el dron de la compañía, es por eso que ella toma la iniciativa y nuevamente comienza una investigación para saber cómo certificarse en esa materia.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Maria Alejandra (@marodlem)

“Cuando comenzamos a ver qué necesitábamos para trabajar formalmente con los drones nos dimos cuentas que requeríamos una licencia para volarlos en Venezuela y me dije: ‘tengo que meterme en eso, tengo que saber volar el dron, tengo que generar esas habilidades para hacerlo’”, recordó la profesional de la ingeniería.

Pero encontró también que era más barato viajar a Estados Unidos, certificarse allá y regresar para revalidar aquí esa licencia que sacarlo todo por Venezuela.

“Entonces fui la primera venezolana en tener la licencia en los Estados Unidos como piloto de dron y luego que regreso a Venezuela hice mi validación y obtengo la licencia aquí en Venezuela para convertirme en la primera mujer piloto de dron certificada en Venezuela”, destacó.

Sembradío tecnológico

No conforme con ser ingeniera, emprendedora y piloto certificado de drones, en dos países, María Alejandra Rodríguez también comparte su conocimiento.

Relató que es egresada de dos programas patrocinados por la Embajada de EEUU en Venezuela, uno es el DreamBuilder, que es el creador de negocios para mujeres, y el otros es YLA (La Iniciativa Jóvenes Líderes de las Américas).

Sería en el último que conocería a la bióloga zuliana, María José Petit, con quien creó el Estinlab que es un laboratorio que surge específicamente para impulsar la ciencia, la tecnología, las artes y las matemáticas que forman las habilidades y profesiones del futuro para que los niños de hoy, profesionales de mañana, no solamente sea usuarios de tecnología, sino que también sean los creadores de las tecnologías del futuro.

“Nos unimos porque nos dimos cuenta que en nuestras comunidades no hay muchas oportunidades, por ejemplo, sino investigamos no sabemos que existe la robótica, la tecnología, la ingeniería y entonces quisimos llevar esa información a nuestra comunidades”, puntualizó la experta.

Por: José Manuel Sánchez / Fotos: Lizaura Noriega