viernes, noviembre 22

Improvisan en Nueva Delhi crematorios con madera para las víctimas del COVID-19 (Foto)

Las cifras oficiales de muertes por COVID-19 en la India siguen batiendo récords todos los días. Pero aún así podrían ser solo una pequeña parte de las víctimas reales de la pandemia. El último boletín difundido este domingo habla de 346 mil 786 nuevos casos y dos mil 624 muertes en las últimas 24 horas en todo el país. Sin embargo, basta con mirar la cantidad de obituarios en los periódicos y las imágenes de piras improvisadas para incinerar cadáveres en muchas ciudades para comprender que quizás se trata de cifras muy subestimadas.

La situación se encuentra claramente resumida en una serie de tweets que publicó hoy desde Gujarat – precisamente el estado donde el primer ministro Modi construyó su ascenso – el periodista Deepak Patel. Citando la edición local del diario Sandesh de la ciudad de Rajkot, Patel dice que 6 de las 17 páginas están dedicadas a obituarios, en comparación con la única página habitual de hace un mes.

“Hay 267 avisos fúnebres – comenta – en una sola edición de un periódico local. Contra los datos oficiales publicados ayer que hablan de solo 13 muertes por Covid-19 en Rajkot. Cabría preguntarse por qué era necesario abrir tres nuevos crematorios en la ciudad”. Y no es solo un problema de esa zona: “Las mismas estadísticas de Gujarat registran cuatro muertes por COVID-19 en otros tantos distritos – Morbi, Bhavnagar, Surendranagar y Dwarka – e incluso ninguna víctima en Amreli y Porbandar”.

Mientras tanto, siguen apareciendo por todas partes nuevas piras para la cremación de cadáveres, incluso en los descampados de Mumbai y la capital, Delhi. Lo que lleva a muchos en la India a pensar que las muertes diarias por COVID-19 pueden ser hasta 10 veces más que la cifra oficial.

En las últimas horas ocurrió una nueva tragedia en un hospital de Nueva Delhi y 20 pacientes de Covid-19 fallecieron porque el Jaipur Golden Hospital agotó sus reservas de oxígeno. Los trenes especiales dispuestos por el gobierno para transportar suministros todavía no tienen el ritmo necesario y los estados indios se disputan las limitadas existencias. El Tribunal Superior de Nueva Delhi afirmó que la India “no se enfrenta a una ola de COVID-19 sino a un tsunami”. El ritmo de las vacunaciones -que hasta ahora el gobierno de Modi había considerado la salida de la crisis- también se está ralentizando: ayer las dosis administradas fueron poco más de 2,5 millones, casi un millón menos que hace dos semanas.

Y ahora muchos también dicen que se podría haber evitado una catástrofe de semejantes proporciones. Hasta pocos días atrás la India seguía permitiendo como si nada ocurriera los mítines políticos para las elecciones en algunos estados y la peregrinación hindú del Kumbh Mela, eventos que congregan millones de personas. Muchos peregrinos que han vuelto del Ganges están propagando la enfermedad, han fallecido o se encuentran hospitalizados. Y en todos los estados, precisamente en medio de esta segunda ola de la pandemia, los laboratorios de análisis se encuentran ulteriormente sobrecargados porque los gobiernos locales han ordenado el testeo obligatorio para los que regresan del Kumbh Mela.

En el diario The Hindu Suhasini Haidar también señala con el dedo la “diplomacia del COVID” que lleva a cabo Nueva Delhi.

“Centrarse en las necesidades de la India en términos de vacunas, medicamentos y oxígeno – dice – también habría sido beneficioso para el mundo en la lucha contra la pandemia. En cambio, el 29 de enero el primer ministro Modi en su discurso de Davos difundió el mensaje erróneo de que la India había derrotado al COVID-19 y después volvió a repetirlo en el parlamento. El país no se preparó para la crisis reforzando las instalaciones de salud, sino que siguió exportando el equivalente a un mes de las vacunas que se requieren en el país”.

Por: Agencia