viernes, noviembre 22

La frontera del caos

Para los países, las fronteras pueden ser sinónimo de progreso, desarrollo y oportunidades. En otros casos significan todo lo contrario; problemas, caos e inseguridad. Las fronteras existen y depende de los propios países cómo se vive en esas zonas limítrofes.

La frontera entre Bélgica y Países Bajos es una de las fronteras más pacíficas que existe en el planeta, no hay restricciones de ningún tipo entre ambos países, el paso comercial está permitido las 24 horas del día, el intercambio cultural es diario y constante. De hecho, existen bares, restaurantes y locales de esparcimiento en varios puntos de esta frontera. Bélgica y Países Bajos representa un ejemplo global de una frontera positiva para los países y su gente.

En el caso de la frontera entre México y EEUU, esta es sin duda uno de los puntos de mayor movimiento en el planeta y representa una serie de intereses para todos los involucrados. Para los coyotes representa negocios y dinero; para los migrantes, oportunidades, empleo y ayudar a sus familias. Para México representa cárteles, mafias, el comienzo del narco estado. Mientras que para Estados Unidos es una lucha constante contra la migración ilegal, las mafias de la droga y de las armas, el tráfico de personas, entre otros delitos. Es una frontera que para muchos representa el “American Dream”, pero para otros es un calvario.

La frontera entre Colombia y Venezuela, en el pasado significaba intercambio comercial, económico y cultural entre dos naciones hermanas que comparten muchos intereses. Sin embargo, con el pasar de los años, el debilitamiento de las relaciones entre los países, la erosión de nuestra democracia, las licencias otorgadas por Chávez y Maduro a las guerrillas para que operen desde nuestro país, llevó a que las fronteras entre ambas naciones se cerrarán desde hace siete años.

Con el ascenso del presidente Gustavo Petro al poder en Colombia, las “relaciones” se están normalizando y con ello, se dio inicio a la apertura de la frontera en sus diversos puntos, este punto no es sorpresivo porque todos los candidatos al Palacio de Nariño habían manifestado su intención de retomar las relaciones con Venezuela. Ahora bien, es positivo el intercambio comercial entre los países, jamás nos negaríamos a eso, pero no podemos olvidar que esta apertura fronteriza también tiene aspectos negativos, como lo comprometida que está la seguridad en esas zonas.

Recordemos que los grupos irregulares y guerrillas tienen sus campos y bases operacionales en la frontera. Hace un par de días, Petro afirmó que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) opera desde el territorio venezolano. Por eso nos preguntamos, ¿existe una política conjunta para la defensa integral de la zona? o es qué ahora la guerrilla operará como mayor permisividad?

El tráfico de combustible o bachaqueo como lo conocemos, también es un tema que nos preocupa. Colombia aumentará al doble el precio de la gasolina y con la frontera abierta lo más probable es que volvamos a ver desfilar pimpinas, carros y gandolas llevando gasolina venezolana a la frontera, lo que podría originar escasez de combustible nuevamente en los estados fronterizos como el Zulia. Recordemos que la crisis de gasolina el país no la ha superado, existe una mejora especialmente en las capitales, pero algunos municipios fronterizos siguen sufriendo de colas y escasez.

En mi humilde opinión, creo que en el corto plazo la apertura fronteriza puede generar resultados positivos para los comerciantes de ambos países y tendrá un aspecto relevante en la economía. Sin embargo, a largo plazo veremos que la apertura de la frontera agudizará problemas de fondo que ya existen en esas zonas. Personalmente, me preocupa el fortalecimiento de la guerrilla, la recluta de jóvenes en ambos países, el aumento de las extorsiones, el tráfico de estupefacientes, de armas y de personas.

Creo que debe existir una política integral alrededor de la frontera, porque no es solo permitir el paso de gandolas.

Por: Ángel Machado / @angelmachadove