Garante de la miseria, de la crisis, de la violencia y el caos, de eso si es garante Nicolás Maduro Moros, no de la paz, y mucho menos del diálogo como cree, o quiso hacer creer Gustavo Petro al nombrarlo “garante” en las negociaciones de paz de Colombia con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
De lo que si tenemos garantía los venezolanos es del acercamiento que Maduro y su gente han tenido históricamente con el ELN y las disidencias de las FARC, acercamiento que va desde negociaciones, oscuros negocios, droga, armas, minería ilegal y violación a nuestra soberanía.
Un acercamiento que ha quedado demostrado en innumerables ocasiones, y que dan cuenta de los vínculos de las FARC y ELN de Colombia con el régimen venezolano. O acaso las muertes de ‘El Paisa’, ‘Romaña’ y la de Jesús Santrich en Venezuela, no son suficiente prueba.
Un ser que no ha sido capaz de garantizar la paz en territorio venezolano, que ha saboteado las conversaciones de paz en su propio país y que le ha entregado el mando al crimen organizado, qué garantías, ni que nada, va a ofrecer a otros.
Si por garantía Petro quiso referir a la cercanía que existe entre criminales, entonces sí. Pero, o el nuevo presidente colombiano pecó de iluso y populista, o él y Maduro adelantan una jugada para lavarse el rostro ante el mundo.
Una jugada que no podrán borrar años de denuncias de diversas organizaciones que han alertado sobre la creciente presencia del ELN en territorio venezolano, hechos que el Departamento de Estado de Estados Unidos incluyó en su informe sobre terrorismo en el mundo presentado en septiembre de 2020.
Insight Crime, que estudia el crimen organizado y la seguridad ciudadana en las Américas, vincula a estos grupos irregulares que operan en Venezuela con el control de rentas criminales que incluyen tráfico de drogas, personas y combustible, y con presencia en al menos 12 estados del país.
Señala el reporte de esta organización sobre el ELN que “estaría desarrollando actividades como contrabando de ganado, contrabando de gasolina, cobro de extorsiones, distribución de comida, reclutamiento de menores, ataques a funcionarios de cuerpos de seguridad, entre otras”, precisando que las actividades del grupo guerrillero en los estados Amazonas y Bolívar “se ha concentrado en ejercer control sobre algunas de las minas y el Arco Minero, donde participan de la actividad extractiva”.
Y hablando de pruebas, no podemos olvidar que los criminales se reconocen entre sí, así lo hizo Álvaro Díaz, alias “Edward”, miembro del ELN, en un famoso video de redes sociales en el que le juraba lealtad al mismo Maduro:
En un extracto de este video se escucha claramente al “Edward” decir: “Compañero, comandante y jefe, Nicolás Maduro Moros, cuente con el Ejército de Liberación Nacional hasta la muerte, somos leales a Venezuela y queremos que tengan confianza en nuestras tropas, en nuestra fuerza militar que tenemos, que seamos una sola para defender la patria de Simón Bolívar”.
De allí que no queda duda alguna, se trata de un malvado juego para disfrazar de oveja al lobo.
Estemos claros, la paz de Colombia depende de la paz en Venezuela, sus destinos están unidos. Mientras no haya democracia en nuestro país, mientras Maduro persista en el poder, lo que reinará en ambas naciones será el caos, de eso, si hay garantías.
Por: Lester Toledo