El gobierno ruso aceptó que las condiciones del envío de una misión del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a la central nuclear de Zaporiyia tengan el visto bueno tanto de Ucrania como de Naciones Unidas.
Es la central nuclear ucraniana, la más grande de Europa, ocupada por tropas rusas y que es objeto en las últimas semanas de acusaciones mutuas entre Moscú y Kiev sobre la autoría de bombardeos en su entorno.
Para Moscú, los “bombardeos sistemáticos del territorio de la central atómica de Zaporiyia por parte de los militares ucranianos generan el peligro de una catástrofe de gran envergadura que puede conducir a la contaminación radiactiva de amplios territorios”.
Un escenario rechazado totalmente por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que ha denunciado que son los rusos los que están aplicando un“terror deliberado” en la central que “puede tener consecuencias globales catastróficas para todo el mundo”.
Esta semana, los servicios de inteligencia ucranianos afirman que recibieron una nueva confirmación sobre la preparación de un atentado terrorista en la central nuclear por la parte rusa y temen un ataque “a gran escala”.
En marzo, poco después de que Moscú comenzara la invasión de Ucrania, las tropas rusas tomaron la central nuclear de Zaporiyia, aunque el personal ucraniano de la planta continúa desde entonces con las operaciones diarias. Unos meses más tarde, en julio, las fuerzas rusas comenzaron a desplegar armamento en el complejo, convirtiendo la planta nuclear en una base militar.
A principios de agosto, después de que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) advirtiera de que la planta estaba “completamente fuera de control”, varias explosiones provocaron un corte de energía y un reactor fue desconectado de la red eléctrica. Los ministros de Exteriores del G7 pidieron a Rusia que devolviera de inmediato el control de la planta a Ucrania.
Estados Unidos apoya la propuesta de desmilitarizar la central nuclear y el acceso del OIEA a la planta “lo antes posible”. Un vídeo muestra vehículos militares rusos en un reactor nuclear en Zaporiyia
Al mismo tiempo, el presidente ruso también ha advertido del peligro de que se lleven a cabo bombardeos en la zona de la central. “Putin subrayó que los bombardeos sistemáticos del territorio de la central atómica de Zaporiyia por parte de los militares ucranianos generan el peligro de una catástrofe de gran envergadura, que puede conducir a la contaminación radiactiva de amplios territorios”, ha indicado el Kremlin.
¿Puede convertirse Zaporiyia en una nueva Fukushima o Chernóbil?
A pesar de la preocupación creciente, la central nuclear de Zaporiyia es considerada mucho más segura que la de Chernóbil, donde en 1986 se produjo el peor incidente nuclear de la historia.
La planta de Chernóbil empleo reactores moderados con grafito de la era soviética que carecían de una estructura de contención moderna, mientras que cada uno de los seis reactores del complejo de Zaporiyia son reactores de agua a presión encerrados en un recipiente enorme de acero, que a su vez se encuentran en un edificio de contención de hormigón.
La Inspección Estatal de Regulación Nuclear de Ucrania alerta de que un fallo del sistema eléctrico de la planta podría tener consecuencias comparables con las del accidente de la central japonesa de Fukushima de 2011, según publica Unión Radio.
En caso de un fallo eléctrico, según el comunicado, “comenzará el proceso de fusión del combustible nuclear, podría producirse un escape de sustancias radioactivas al medio ambiente”. Esto podría generar una nube radioactiva que podría llegar a Rusia, Bielorrusia o Europa, según el rumbo del viento, y contaminar la presa Kajovskoe, cuyas aguas bajan por el río Dniéper hasta el mar Negro.
Por: Agencias / Foto: Cortesía