El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pedirá este miércoles al Congreso que suspenda durante tres meses los impuestos federales a la gasolina y al diésel, en un intento por rebajar el alto precio de los carburantes, que a principios de mes alcanzó un récord histórico.
En un comunicado, la Casa Blanca informó de que el presidente pedirá hoy mismo al Congreso (controlado por los demócratas) que deje sin efecto de manera temporal el impuesto de 18 céntimos por galón de gasolina (3,78 litros) y el de 24 céntimos por galón de diésel.
En ambos casos se trata de impuestos del Gobierno federal, por lo que todavía se aplicarían las cargas de los estados (California, por ejemplo, es famosa por tener uno de los mayores gravámenes sobre los carburantes de EEUU).
En este sentido, la Casa Blanca también instó a los estados a que hagan lo mismo y suspendan sus impuestos propios o a que ayuden a los consumidores de alguna u otra forma.
Biden calificó la situación de «única» y justificó su petición para «dar a los estadounidenses un balón de oxígeno» en estas circunstancias de inflación desbocada.
El precio de un galón de gasolina en Estados Unidos alcanzó el pasado 11 de junio los 5 dólares, un récord que se produjo cuando el país vive la inflación más elevada en 40 años.
Según publicó la federación de asociaciones automovilísticas AAA, el precio medio de un galón de carburante en las gasolineras del país se situó ese día en los 5,004 dólares, algo que nunca había ocurrido.
Los analistas de AAA, además, dijeron esperar que el precio de la gasolina siga subiendo durante los meses de verano.
Hace un año, en junio de 2021, el precio medio del galón de gasolina (la medida que usan las gasolineras en EEUU, en lugar del litro) se situaba en 3,07 dólares, prácticamente dos dólares por debajo del actual.
En 20 de los 50 estados de EEUU los precios están por encima de los 5 dólares por galón, especialmente en la costa oeste del país.
Por: Agencia